Por: La Nación Mundo Enero 20, 2024
Nuestra primera visita a Machu Picchu, en noviembre de 2020, fue casi inmejorable. La niebla, por la que se filtraban solo uno pocos rayos de sol matinal, moteaba las ruinas con una luz especial. Las llamas y las alpacas caminaban majestuosas y pastaban a nuestro alrededor. Una solitaria vizcacha, una especie de ardilla grande con grandes orejas parecidas a las de un conejo, correteaba por entre las rocas. El aire fresco de los Andes resultaba... + full article
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