Por: La Nación Cultura Enero 08, 2024
Franz Kafka encontró en su paseo diario por el parque Steglitz de Berlín a una niña ahogada en llanto. La pequeña había perdido su muñeca. Kafka reaccionó de modo diferente a los adultos que la consolaban: “Tu muñeca se ha ido de viaje. Lo sé porque me ha enviado una carta donde así lo indica. Mañana te traeré la carta”. Quien recordaba esta anécdota es su pareja Dora Diament en el libro Cuando Kafka vino hacia mí. Durante... + full article
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