Por: La Nación Opinión Diciembre 02, 2023
No es lo mismo haber sido un gran jugador de fútbol que ser un buen dirigente deportivo. La “chapa” de ídolo en la cancha no es en modo alguno título habilitante para ser un hábil directivo de un club. Juan Román Riquelme es la prueba exacta de eso. En su gestión como vicepresidente formal –pero mandamás en los hechos– de Boca Juniors, demostró una incapacidad manifiesta para conducir los destinos de una de las entidades... + full article
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