Un corazón sano en cada paraje: el médico de El Bolsón que educa con música y advierte sobre las quemas

El médico cardiólogo César Berenstein advierte que las quemas preventivas afectan no solo las vías respiratorias sino también la salud cardiovascular. Combina charlas preventivas, con un show musical y controles médicos.

En 2023, cuando César Berenstein ingresó a un grupo de expertos en Polución del Aire y Cambio Climático de la Federación Mundial del Corazón empezó a indagar en el medio ambiente y en los efectos sobre la salud cardiovascular. Este médico cardiólogo de El Bolsón advirtió un factor de riesgo vinculado a los incendios forestales en la región cordillerana y las quemas preventivas.

«Hemos tenido grandes incendios y se ha puesto el énfasis en organizar la quema de los deshechos biológicos para reducir el material combustible. Sucede que las quemas no son saludables sino todo lo contrario«, alertó el especialista que integra la Sociedad Argentina de Cardiología.

La contaminación del aire, insistió, afecta no solo las vías respiratorias sino también la salud cardiovascular. Puso como ejemplo un estudio de la zona de Rosario que demostró que, en la época de quemas en la zona agrícola, se duplicaron las internaciones por infartos de miocardio. «En ese momento había material particulado fino que es contaminante: llega a las vías respiratorias y a nivel cardiovascular, terminan inflamando las arterias. Claro que también hay una cierta predisposición a que aparezcan eventos cardiovasculares como infartos o ACV«, especificó.

En el mundo, advirtió Berenstein, la contaminación del aire genera entre 7 y 8 millones de muertes al año. Y más de la mitad «son de orden cardiovascular», por infarto de miocardio, ACV, hipertensión y diabetes. Mencionó que, en las grandes ciudades, la base del problema son las fábricas y el tráfico; en la región cordillerana, en cambio, la mayor fuente de contaminación proviene de las quemas.

El grupo lleva 9.800 kilómetros recorridos a través de siete giras. Foto: gentileza

«Se trabaja en la concientización de la población, pero es complejo porque en esta zona, por ejemplo, la gente toma las quemas como algo natural. Es común ver nubes de humo. La idea es promover estrategias como el compostaje y chipeado para disminuir la cantidad de material que se terminan quemando en otoño e invierno y que afecta la salud», señaló.

También preocupan los hogares que se calefaccionan con leña. Si bien en estos casos es complejo cambiar los sistemas, el médico sugirió garantizar una buena ventilación.

La prevención en forma de música

Berenstein planteó que el humo está presente y ya se sabe qué provoca. Por eso, se puso como meta formar grupos de ciudadanos preocupados por este tema y, de alguna manera, incidir en los responsables de las políticas ambientales y de salud. «La idea -añadió- es estar mejor preparados para evitar la contaminación».

Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en Argentina y en el mundo. Por otro lado, se conoce que afecta principalmente a la mujer. «La mujer siempre está atenta a hacerse estudios ginecológicos, como las mamografías o el Pap. Tratamos de sugerir un seguimiento del nivel de colesterol, el azúcar en sangre, el peso, la actividad física y el no fumar que retrasan o evitan las enfermedades cardiovasculares», alertó.

Berenstein decidió incorporar instrumentos mapuches. Foto: gentilza

Este médico porteño vivió en Tierra del Fuego durante 12 años donde inició un trabajo preventivo de las enfermedades cardiovasculares, a través de un programa de radio llamado «Llegó el doctor» que le valió un Martín Fierro Federal. «Todo esto fue -y es- muy vocacional. Este trabajo con la comunidad es la forma que encontré de devolver lo que me dio la universidad pública y gratuita«, indicó.

Diez años atrás, cuando se radicó en El Bolsón decidió sumar su conocimiento del medio ambiente y «el impacto de los incendios». Armó un grupo al que llamó «Los guardianes del botiquín» que combina charlas, controles de salud y un show musical. Ya lleva 9.800 kilómetros recorridos a través de siete giras.

«Me pregunté cómo hacer para que la gente que se acercaba a escuchar una charla pasara un momento lindo y se fuera contenta. No solo preocupada por la información de enfermedad y muerte que genera ansiedad y temor«, señaló.

En un principio, ofrecía una especie de stand up, pero no tenía mucha aceptación del público que era muy variado: había chicos de distintas edades y gente del campo. Se le ocurrió llegar con su mensaje, a través de la música. Y poco después, incorporó controles de salud, como electrocardiogramas, la toma de presión, la medición del perímetro abdominal, la consulta sobre los factores de riesgo cardiovascular y la indicación de sugerencias para mejorar la calidad de vida.

Las recorridas por las escuelas, un clásico de Los Guardianes del Botiquín. Foto: gentileza

«Me junté con un músico que se convirtió en mi profesor de guitarra que se terminó sumando al grupo, al igual que mi hijo Benjamín. Recorremos diversas localidades de Río Negro y Chubut y hacemos hincapié en los pueblos que tienen dificultades en el acceso a la salud. Como pasábamos por muchas comunidades mapuches, incorporé instrumentos mapuches como el cultrún y la trutruca», contó.

En una visita por Pilquiniyeu del Limay, Berenstein le preguntó a los integrantes de esa comunidad si lo autorizaban a usar el cultrún, por tratarse de un instrumento ceremonial. «Me dijeron que trabajaba por el bienestar de la población y el medio ambiente y, que eso tenía mucho que ver con la cosmovisión mapuche, por ende era adecuado usar el cultrún«, recalcó conmovido.

El grupo lleva 9.800 kilómetros recorridos a través de siete giras. Foto: gentileza

Su repertorio musical es de lo más variado. La canción “Se viene la Chaqueta” advierte sobre la picadura de esta avispa que puede generar reacciones alérgicas; “Aire Libre” concientiza acerca de reducir las quemas para prevenir enfermedades cardiovasculares y, “Manitos sucias de tierra” promueve la agroecología y el cultivo familiar de alimentos. «Estoy en contacto con médicos de la Universidad de Edimburgo que investigan los efectos de la agricultura industrial sobre la salud cardiovascular y cómo esto se puede mejorar con las huertas familiares», contó.

No tenemos apoyo económico y todo sale de nuestro bolsillo. Nos empuja es la vocación, la satisfacción de ofrecer lo que sabemos a quienes tienen poco acceso”,

César Berenstein, médico cardiólogo de El Bolsón.

Reconoció que, en las recorridas por la Línea Sur, se encuentra con todo tipo de dificultades al promover la alimentación saludable, a través de fruta y verdura. «En Laguna Blanca, a 60 kilómetros de Comallo por ripio, le pregunté a los chicos de la escuela qué comían. Al mediodía y a la noche, contaban que cordero. ¿Qué desayunaban? ‘Una churrasqueada’. O sea, volvían a comer cordero«, recordó. «Cuando les pregunté si hacían actividad física -agregó-, me decían que corrían detrás de las chivas. Entonces, nos encontramos con una mala alimentación y mucha actividad física. Tienen comidas basadas en harinas, cordero y papa. Viven en una zona árida con pocas posibilidades. Pero nos enfocamos en lo que se podría: tener un invernadero».

Tiempo atrás, el médico fue invitado a participar de un festival en el norte de Italia donde llevó su mensaje y, cantó en español, italiano y mapuzungun. También dio a conocer su método en un foro de médicos latinoamericanos en Guatemala.

El grupo lleva 9.800 kilómetros recorridos a través de siete giras. Foto: gentileza

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