La primera novedad que arrojaron las elecciones de este domingo en la provincia de Santa Fe, y en Rosario muy especialmente, no es nada alentadora: la participación es baja, incluso menor a la del 13 de abril –cuando fueron las Paso de concejales y los comicios de constituyentes–. La votación cerró a las 18 y el recuento iba muy rápido. Tanto que a las 18.55 ya se había escrutado el 57 por ciento de las mesas: 30,5% correspondía a Juan Monteverde (Más para Santa Fe), 28,87 a Juan Pedro Aleart (La Libertad Avanza) y 25,6 Carolina Labayru (Unidos). Esto marca el regreso de un escenario de tercios con un dato extra: solo estas tres fuerzas lograrían ingresar ediles en esta elección.
Esos resultados, si bien ponían a Unidos en tercer lugar en una ciudad que gobierna, eran tomados con euforia por el oficialismo provincial, pues implica una notable levantada de su candidata, que había quedado muy atrás en las Paso. "A una semana de las elecciones estábamos en 7 puntos", sostenían fuentes de ese sector. En el resto de la provincia, el pullarismo obtenía triunfos en casi todas las ciudades y extendía su poder territorial de manera notoria: según el gobernador Maximiliano Pullaro el frente que lidera tiene un logro "tremendo": lidera el 80 por ciento de las localidades del territorio santafesino.
En la oposición, obviamente Monteverde tiene mucho para festejar: por primera vez gana una elección en alianza con un peronismo al que siempre le ha sido esquiva la ciudad y ya se posiciona como candidato a intendente en 2027. Por el lado de La Libertad Avanza, la sensación era agridulce: no se cumplió la expectativa de que Juan Pedro Aleart, que fue el postulante más votado en las Paso, saliera primero. Pero a la vez, en sus primeros comicios en Rosario, sale arriba del oficialismo y consigue ingresar cuatro concejales.
El bajo porcentaje de participación, en tanto, es inquietante, pues habla de un debilitamiento de la democracia y de un problema importante de representatividad política que se agrava elección tras elección. Es cierto que una votación de concejales genera menos pasiones que una para cargos ejecutivos, que nunca se había convocado a comicios en los que esos sean los únicos cargos en juego y que el frío es otro factor que puede haber ayudado al desaliento. Pero si se confirman los datos que se manejaban en los distintos sectores políticos la situación es alarmante. A las 17.30, oficialmente se había informado una asistencia del 49,7 por ciento a nivel provincial.
Lo que está en juego
En esta elección se renuevan parcialmente los concejos municipales de 59 municipios y hay además recambio de autoridades ejecutivas en 19 municipios y en las 300 comunas. .
En Rosario se elegían 13 concejales este domingo. De acuerdo a los resultados, Más para Santa Fe –el frente del PJ con Ciudad Futura– se quedaría con 5 bancas, y La Libertad Avanza y Unidos con cuatro cada uno.
El resultado ratifica a Monteverde como candidato a intendente con expectativas para 2027 y también posiciona a Juan Pedro Aleart. Unidos tiene que buscar candidato, pero el punto de partido es bastante mejor que el que se pensaba antes de esta elección. Todo esto con una salvedad: la baja participación relativiza cualquier lectura, pues se espera que una disputa por cargos ejecutivos genere mayor interés en la población. Todo en una novedad que tiene directa relación con la irrupción de La Libertad Avanza: el regreso de un escenario de tercios.

En las elecciones de 2023 el tablero de tercios quedó atrás a partir de que el PRO y lo que era el Frente Progresista confluyeron en Unidos. Así, la disputa en la general fue mano a mano entre Javkin y Monteverde. Ahora LLA vuelve a plantear otra alternativa para el electorado no peronista, que hace años es mayoritario en la ciudad.
Monteverde y Aleart, que durante años condujo el programa más visto de la televisión rosarina (De 12 a 14), arrancaron la campaña con una ventaja objetiva importantísima: el nivel de conocimiento.
Pero en el oficialismo creían que eso cambió en esta última campaña y que Labayru ya no corrió tan de atrás como quedó en las Paso. Los reusltados les estarían dando la razón. Para que haya remontada, la apuesta de Unidos fue tratar de unir la figura de la candidata con la del gobernador Maximiliano Pullaro, que apareció con ella en los carteles de vía pública y en los últimos días se le pegó como estampilla.

La estrategia, en un punto, fue similar a la de La Libertad Avanza: si el eslogan del oficialismo nacional es que Aleart es Milei, el del provincial podría haber sido que Labayru es Pullaro. De hecho, el gobernador remarcó en el acto de cierre de campaña que la actual secretaría de Cercanía municipal tiene el mismo perfil que él: su fuerte es la gestión y no el carisma.
Ambos sectores apostaron además a pegar a Monteverde con la figura de Cristina Kirchner, con la idea de cosechar en el sentimiento antikirchnerista que ven predominante en la ciudad.
Monteverde, en cambio, fue quien más buscó municipalizar la elección con una crítica constante a una gestión Javkin que entiende desgastada y un concepto: a Rosario le falta un intendente.
La división del voto antiperonista entre Unidos y La Libertad Avanza favorece que el concejal de Ciudad Futura quede primero. Pero, a la vez, él también afrontaba riesgos de fuga con las candidaturas de Roberto Sukerman y Lisandro Cavatorta, aunque todo indica que finalmente el grueso del peronismo votó a Monteverde.

Además, buscaban llegar al Concejo el Frente de Izquierda, con Carla Deiana, y Somos Vida y Libertad, el sector de Amalia Granata, con Eugenio Malaponte.