La 55ª Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), que se desarrolló en Antigua y Barbuda, se convirtió en un nuevo capítulo de la creciente disputa entre China y Estados Unidos por la influencia en América Latina y el Caribe. El Gobierno de Donald Trump había anticipado que buscaría el apoyo de los países de la región en su cruzada en Medio Oriente, mientras que también apuntaría contra la "injerencia china" en su zona de influencia.
La cumbre de la OEA, el foro regional creado bajo órbita estadounidense en los inicios de la Guerra Fría, reunió a delegaciones de los países de la región en el marco de un contexto delicado, marcado por la escalada armamentista en Europa, la cumbre de la OTAN y la inestabilidad entre Israel e Irán.
En ese contexto, no pasó desapercibida la competencia entre Beijing y Washington, un tema que fue denominador común en la cumbre regional, considerando que más de veinte países del continente se sumaron en los últimos años a la Iniciativa de la Franja y la Ruta. Se trata del ambicioso proyecto impulsado por el presidente chino Xi Jinping para expandir su presencia económica y política a nivel global. China ya es el principal socio comercial de varias economías clave de la región, como Brasil, Perú, Chile y Argentina.
En su cruzada contra Irán, EEUU buscará el apoyo regional bajo la sombra de la "injerencia china"
No obstante, Estados Unidos continúa siendo el principal socio comercial en términos agregados para el conjunto del hemisferio y mantiene una posición predominante en materia de cooperación en seguridad y gobernabilidad democrática.
"China y los países de América Latina y el Caribe son miembros de la familia del Sur Global", afirmó el representante chino Xie Feng durante el foro de observadores permanentes de la OEA, en la cumbre celebrada el 24 y 25 de junio. El enviado de Beijing sostuvo que la relación de su país con la región "no tiene cálculos geopolíticos, no se dirige a terceros" y "debe estar exenta de interferencias".
Desde Washington, sin embargo, la postura del Gobierno estadounidense fue contundente. Una alta funcionaria del Departamento de Estado —que habló bajo condición de anonimato— advirtió esta semana que Estados Unidos buscaría evitar que China "utilice su estatus de observador permanente para minar los objetivos democráticos y económicos del continente".
Por su parte, el representante estadounidense ante el foro, Michael Kozak, reforzó ese mensaje este miércoles, al señalar que "los observadores que donen fondos a la OEA deben respetar los principios de la Carta Democrática Interamericana". Kozak agregó que Washington "se opondrá a cualquier intento de usar las contribuciones financieras como herramienta para debilitar la democracia en las Américas".
Por su parte, Xie Feng respondió con cifras: el comercio entre China y América Latina superó los 500.000 millones de dólares en 2024, y la inversión acumulada del gigante asiático en la región ya sobrepasa los 600.000 millones.
Werthein se reunió con el subsecretario de Estado Christopher Landau y empresarios en EE.UU.
En la antesala de la Asamblea General de la OEA, el canciller argentino Gerardo Werthein mantuvo una reunión clave con el subsecretario de Estado de Estados Unidos, Christopher Landau, en la sede del Departamento de Estado en Washington D. C, como parte de su agenda de alto nivel en el foro interamericano.

El encuentro, que simbolizó el fortalecimiento del alineamiento entre los Gobiernos de Javier Milei y Donald Trump, sirvió para repasar temas de cooperación en defensa, seguridad internacional, desarrollo económico y gobernabilidad democrática en América Latina. Landau agradeció la "alineación estratégica" del Gobierno libertario con la visión geopolítica impulsada por Trump, particularmente en lo que definió como una política de "paz mediante la fuerza".
Además, ambos funcionarios discutieron la situación de crisis en países como Venezuela y Nicaragua, la amenaza del crimen organizado transnacional y los desafíos a la estabilidad institucional en la región, con un fuerte énfasis en articular posiciones conjuntas en foros multilaterales.
El respaldo de Argentina a los "valores del mundo occidental" y su voluntad de afianzar relaciones con los centros de poder político y tecnológico de Norteamérica fueron destacados por ambas partes como pilares de la nueva etapa de relación bilateral.
En esa misma línea de acercamiento estratégico, el canciller Gerardo Werthein mantuvo un encuentro con el congresista Brian Mast, presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, con quien dialogó sobre la agenda hemisférica y los desafíos democráticos en la región. Además, se reunió con altos ejecutivos de empresas líderes como Chevron, Rio Tinto, Amazon, Pfizer, Cisco y Cargill, ante quienes presentó el plan de estabilización macroeconómica del gobierno argentino, las reformas estructurales en curso y las principales oportunidades de inversión que ofrece el país.
CD/ML