La tortilla de papas llegó a la Argentina en barco, cruzando el océano Atlántico desde España. Y como todo lo que venía entre el siglo XIX y el siglo XX de Europa en las valijas de los migrantes, era signo de austeridad.
Había que comer y arreglarse con lo que había, y pocas cosas tan económicas ayer, hoy y siempre, como la papa, a cebolla y los huevos. Claro que el paso de los años la fue sofisticando y, además de la cebolla, apareció el jamón. También la panceta o el chorizo colorado, que le dan un sabor muy especial.
Sin embargo, hay un ingrediente que tenés en tu casa y que le da un salto de calidad total, convirtiendo a esta comida en una tortilla perfecta. Si no es la cebolla ni el jamón ni el chorizo, ¿de qué se trata?
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Ni más ni menos que de agregarle un chorrito de vino blanco al momento de saltear la cebolla en aceite de oliva. No es, claro, el ingrediente más importante, pero se transforma sí en el más trascendente, debido al gustito especial y único que le queda a la tortilla de papas.
Y entre la preparación y precocción de los ingredientes; más el armado y cocinado final, en 40 minutos, una exquisita tortilla estará servida a la mesa.
La tortilla perfecta: los ingredientes
- 400 gramos de papa blanca
- 4 huevos frescos
- Una cebolla mediana
- Una cucharadita de sal fina
- Pimienta recién molida, a gusto
- 100 cc de aceite de oliva
- Un chorrito de vino blanco
La tortilla perfecta: modo de preparación
- Lavar y pelar las papas y luego cortarlas en rodajas que no superen los cinco milímetros.
- En una sartén, calentar 50 cc de aceite de oliva para comenzar a freír las papas a fuego muy lento. El objetivo es que las papas queden cocidas y algo doradas, pero sin quemarse ni tampoco deshacerse. Deben salir del fuego tiernas (ir dándolas vuelta mientras se van cocinando).
- Cortar la cebolla en pluma con un espesos de unos dos milímetros y saltearlas (puede ser también en aceite de oliva o de cualquier otro tipo) unos minutos hasta que se doren. Es en ese momento el que hay que echarle el chorrito de vino blanco, que le dará el toque tan especial después a la tortilla que resultará más melosa y jugosa.
- Luego, romper los cuatro huevos y echarlos en un bowl, junto con una pizca de sal y pimienta a gusto, y batir a nieve.
- El paso siguiente consiste en mezclar las papas y las cebollas que ya están cocidas con los huevos batidos y revolver con suavidad.
- En una sartén a fuego máximo, poner cuatro cucharadas de aceite de oliva hasta que comience a salir humo, como si se estuviese quemando el aceite. Es ahí cuando hay que echar en el interior toda la mezcla preparada en el bowl, teniendo en cuenta de que debe quedar pareja y bien distribuida en toda la sartén.
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- Bajar el fuego y cocinar durante unos cuatro minutos, hasta que la base se haya hecho apenitas firme como para no deshacerse. Y ahí, con la ayuda de un plato cuya superficie sea mayor a la sartén – para evitar cualquier tipo de derrame- dar vuelta la tortilla.
- Agregar de nuevo unas cucharaditas de aceite de oliva en la sartén y, desde el plato, pasar la tortilla nuevamente al fuego lento, para que se termine de cocina del otro lado. Dejar otros cuatro minutos cocinando.
- Volver a usar un plato (puede ser el mismo, obviamente) para sacar la tortilla de la sartén sin riesgo de que se rompa y listo, ya se puede servir y disfrutar.
