
En 2002 se estrenó una de las películas más atractivas en el campo del terror. “28 días después” presentaba un Londres devastado, por el cual deambulaba un joven que pasó el tiempo que indica el título en coma. Al despertar, sin saber qué había pasado, se encuentra con zombies que lo persiguen y sobrevivientes que se organizan para resistir. Cinco años más tarde salió una segunda parte, “28 semanas después”, para contar cómo una contagiosa enfermedad había avanzado globalmente.
Ahora llega a los cines “Exterminio: la evolución”, tercera entrega de la saga que bien podría haber mantenido en el país su título original en inglés: “28 años después” permite vincular esa nueva producción con las previas, para darle continuidad conceptual a una historia que, inevitablemente, se leerá distinto luego de haber pasado la pandemia de covid hace un lustro.
Como en la primera película, Danny Boyle vuelve a estar en la dirección, Alex Garland en el guión y Anthony Dod Mantle en la fotografía (muy elogiada en la inicial). El elenco está compuesto por Jodie Comer, Alfie Williams, Aaron Taylor-Johnson, Ralph Fiennes, Edvin Ryding y Jack O’Connell.
Tres décadas después
La acción se sitúa casi tres décadas después de que una variante del virus de la rabia escapó de un laboratorio de investigación médica de la Universidad de Cambridge y contaminó el mundo. Es difícil leer la idea original sin el impacto devastador que tuvo la aún reciente pandemia y las teorías que siguen circulando sobre su inicio en un sitio de experimentación chino. En 2002, todo era más naif.
En el filme, los infectados abundan y los sanos están aislados en una pequeña isla. Una única carretera fuertemente defendida las conecta con el resto del mundo. Cuando un padre y su hijo parten en una arriesgada misión, descubren secretos, maravillas y horrores. El eje central será Spike, el niño de 12 años nacido cuando el mundo ya había cambiado y que no conoció todo lo previo.