Alerta en la ganadería de Río Negro y Neuquén por los programas de ayuda que Javier Milei disolvió

La medida está llamada a causar fuerte impacto entre los productores caprinos y ovinos de la región. La provincia de Río Negro busca reemplazarlo con recursos propios.

La producción ovina y caprina en la región perdió desde hoy toda expectativa de recuperar los programas de incentivo de origen nacional, que ya habían quedado desfinanciados desde el año pasado y que ahora fueron eliminados de manera definitiva por un decreto del presidente Javier Milei.

En una larga tanda decisiones de “desregulación” que se enmarcan en la llamada ley “Bases”, el mandatario aprovechó el permiso que le concedió el Congreso para aplicar esas medidas y que está a punto de caducar para “disolver” el régimen de promoción, desarrollo y consolidación de la ganadería ovina y de llamas, que regía desde hace veinte años.

La misma decisión impuso a otros programas similares que beneficiaban a la ganadería caprina, la bovina, la cría de búfalos y la de gusanos de seda.

La desaparición de los programas de fomento para ovinos y caprinos está llamada a tener severas consecuencias en las provincias de Río Negro y Neuquén, donde existen unos 2 millones de cabezas de esas dos especies, destinadas tanto a la producción cárnica, como de lana y fibras textiles, con destino de exportación.

El coordinador de Desarrollo Rural de Inta Bariloche, Carlos Reising, detalló que entre Río Negro y Neuquén agrupan no menos de 3.000 establecimientos dedicados a la cría de ovinos y unos 2.500 de caprinos solo en Neuquén, más otros 979 en suelo rionegrino.

Reising dijo que “la baja de estos instrumentos afecta la capacidad para la obtención de créditos y aportes no reintegrables que eran fundamentales para el sector, y que tenían un control social importante, con participación del Inta, universidades y organizaciones de productores”.

Aseguró que la dinámica generada permitió lograr una alta tasa de recupero y que su pérdida significa “un retroceso”, que las provincias solo pueden cubrir de modo parcial.

Consideró que sin los programas “se va a dificultar la inversión en el campo”, pero sin embargo “el sector es resiliente y v a a buscar la forma de poder resistir, en ese sentido es creativo”.

El decreto nacional justificó la medida en los criterios políticos que rigen bajo el nuevo gobierno y señaló que “la actividad administrativa tradicionalmente denominada como de ´fomento´ o ´ayudas públicas´ ya no forma parte del nuevo diseño de gestión estatal”.

Decisión anunciada

El subsecretario de Ganadería de Río Negro, Tabaré Bassi, dijo que la decisión conocida hoy no hace más que “formalizar” un vaciamiento de los programas dispuesto hace más de un año.

Señaló de todos modos que los aportes de Nación habían quedado desactualizados, en el orden de los 50 millones anuales, y que la provincia decidió aumentar su inversión para compensarlo, con desembolsos por unos 200 millones, aunque “por razones económicas” no puede suplir del todo los recursos de origen federal.

Refirió que los créditos en general suelen emplearse para equipamiento, alambrados, aguadas, cobertizos y compra de reproductores. Mientras que otra línea específica “de muy buen resultado”, se destinaba a la “prefinanciación” de la zafra lanar, a fin de evitar perjuicios por la volatilidad del precio. También el programa solía financiar campañas sanitarias contra la sarna.

Bassi dijo que “sacarle el acompañamiento va a complicar al sector ganadero”. Señaló que desde el gobierno rionegrino no comparten el “concepto” impuesto por Nación, apuntado a retirar la ayuda específica a las economías regionales y opinó que el Estado debe asistir a los productores para garantizar empleo, arraigo y desarrollo económico.

El presidente del Ente de la Región Sur de Río Negro, Darío Ibáñez, también describió los beneficios que tuvo durante años la ley ovina y admitió que la medida conocida hoy “se vía venir”. Sostuvo que las cooperativas y organizaciones de productores “usaban mucho la prefinanciación de esquíla” y también las líneas de crédito.

Ibáñez dijo que “lo último que se logró comprar” con fondos de ese programa fue una perforadora para buscar agua, que es fundamental ante la sequía que padece la región y que hoy está en Jacobacci, afectada a un proyecto de “tercerización” de ese servicio.


La producción ovina y caprina en la región perdió desde hoy toda expectativa de recuperar los programas de incentivo de origen nacional, que ya habían quedado desfinanciados desde el año pasado y que ahora fueron eliminados de manera definitiva por un decreto del presidente Javier Milei.

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