Las empanadas argentinas triunfan en Ecuador: las hace Hernán de Regina con los íconos del rock
La argentinidad pisa fuerte en Ecuador con el emprendimiento que un joven de Río Negro que se casó con una mujer de ese país. Mientras se gana la vida, difunde la cultura y la gastronomía nacional en el exterior.
Amante de la música y de una ecuatoriana, Hernán Mora se fue desde su casa de Villa Regina a Ecuador; siguiendo el impulso del amor. Para ganarse la vida, empezó vendiendo empanadas afuera de una universidad y tuvo tanto éxito, que decidió abrir un local hace un mes.
Con “El rincón de la empanada, sabor argentino”, Hérnan junto a su pareja Carla, no solo proponen un gusto al paso para el desayuno o la merienda, como estilan en ese país caribeño; sino también invitan a adentrarse en una experiencia “argenta”, donde escuchar música nacional y comer al lado de Charly García, Pappo, el Indio Solari, Fabiana Cantilo o Mercedes Sosa, es una posibilidad.
El lugar está ambientado con un gran mural emblema de la música nacional -diseñado por Carla- donde varios íconos de ayer y de hoy acompañan la experiencia de sentirse un poco argentinos, a pesar de estar sentados en la latitud cero.

Una pizarra invita a elegir entre los combos de empanadas más tentadores: «Ciudad de la furia», «Zamba para olvidar», «Por una cabeza» y «Rasguña las piedras» son algunos. El favorito de los ecuatorianos es el que tiene la empanada de capresse (queso, tomate y albahaca) que supo cautivar todos los paladares.
“En Argentina pedís empanadas por docena para almorzar o cenar, acá es diferente, las utilizan como desayuno en la mañana, o de merienda, por eso vendo empanadas con café o jugos naturales”, contó en diálogo con Diario RÍO NEGRO.
“Empecé vendiendo afuera de una universidad con una heladerita y parado en la calle. Me empezó a ir bien y charlamos con mi pareja”, contó. Así surgió la idea del emprendimiento fijo. Llegar a la inauguración no fue una decisión fácil. Fue como “tirarse a la pileta” de a dos, según el relato de Hernán.
A las empanadas las hace él mismo, de cuatro sabores: carne, pollo, jamón y queso; y caprese. Aplica la receta de su abuela y de su mamá, y por supuesto, le da el toque personal con la ambientación del lugar, ubicado en Cuenca, la tercera ciudad más grande de Ecuador. Está en plena cordillera, a 2.500 metros sobre el nivel del mar.

El «Rincón de la empanada» no se trataba de un sueño ni nada parecido, sino más bien terminó siendo una salida creativa ante la necesidad de sobrevivir económicamente. Él lo hizo uniendo pasiones: la cocina y la música.
De Regina a Ecuador: la historia de un músico
Es que la vida de Hernán está atravesada por su carrera como músico. Nació en Villa Regina, Río Negro, pero en 2009 decidió empezar la carrera universitaria y se anotó en el Instituto Universitario Patagónico de las Artes (IUPA) en Roca donde hizo algunos años de Percusión. Luego se fue a estudiar Guitarra a la Escuela de Música de Neuquén.
En 2014 le surgió la oportunidad de empezar «su viaje» siempre guiado por la vocación. Fue así que se mudó a Capital Federal e ingresó a la Escuela de Música de Buenos Aires hasta 2018, cuando terminó de cursar la carrera.

En ese tiempo conoció a Carla, su actual pareja, una ecuatoriana que estaba estudiando un posgrado en Diseño Gráfico. Se conocieron en una residencia estudiantil y desde ahí nunca más se separaron. Fue por ella que hizo su primer viaje a Ecuador en 2018, para conocer a su nueva familia política.
De Regina a Ecuador: un viaje con idas y vueltas
La pandemia lo sorprendió en uno de esos viajes. Iba de visita por un mes pero al llegar se cerraron las fronteras por el coronavirus y no pudo regresar a su casa. “Venía un mes (a Ecuador) y me terminé quedando ocho meses. Realmente quería volver, pero no podía porque no había vuelos. Y eso me cambió un poco la vida”, recordó.
Luego decidieron probar en la Patagonia y llegan los dos a Villa Regina. En Río Negro, Hernán consigue trabajo en escuelas primarias y jardines como profesor de Música, pero Carla no tuvo la misma suerte. En 2023 decidieron instalarse en Ecuador. Ya más decidido, Hernán se mudó al exterior y llevó a su gata, esta vez no pensaba volver.
Una vez en ese país pudo concretar algunos trabajos aislados dando clases, pero no aparcía nada estable. En ese contexto, Hernán empezó a vender empanadas free lance, lo que derivó en la idea de emprender con un negocio. En 2024, Hernán y Carla se casaron y este año, finalmente abrieron su local al público.

“Viajar es como cambiar de ojos. Ya no ves las cosas que veías antes, te cambia. Cuando volvés a tu lugar no volvés con los mismos ojos con los que te fuiste».
Hernán Mora, joven de Regina en Ecuador.
La familia de Hernán pudo llegar el año pasado al casorio y él mismo, contó que sintió felicidad al poder mostrarle a sus padres un poco de su nueva vida en el pequeño país latinoamericano.
Hoy Ecuador es donde elige estar, trabajar y residir, un lugar en el mundo donde encontró un modo de ser y expresar el orgullo de ser argentino.
Comentarios