En su voz resuenan siglos de historia. Con emoción, firmeza y admiración, Inés Aparicio habló con El Tribuno sobre las mujeres que pelearon codo a codo con los gauchos "Los Infernales" en los días más difíciles de la lucha por la independencia. No todas están en los libros. Muchas fueron —y siguen siendo— anónimas. Pero para Inés, esas mujeres son el pilar oculto de una gesta heroica que se sostuvo no solo con lanzas y coraje, sino también con inteligencia, cuidado y amor a la tierra.
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En su voz resuenan siglos de historia. Con emoción, firmeza y admiración, Inés Aparicio habló con El Tribuno sobre las mujeres que pelearon codo a codo con los gauchos "Los Infernales" en los días más difíciles de la lucha por la independencia. No todas están en los libros. Muchas fueron —y siguen siendo— anónimas. Pero para Inés, esas mujeres son el pilar oculto de una gesta heroica que se sostuvo no solo con lanzas y coraje, sino también con inteligencia, cuidado y amor a la tierra.
"Hablar de las mujeres que acompañaron a Güemes es un orgullo, es darles las gracias por todo lo que hicieron, porque se empoderaron sin que nadie se los dijera. Dieron todo: sus hombres, sus hijos, y a sí mismas", afirmó Aparicio.
"Muchas no figuran en los libros, pero fueron protagonistas. Fueron mujeres anónimas que lo dieron todo", dijo Inés.
La historia suele olvidar el papel de la mujer, especialmente en épocas en que su rol era confinado al cuidado del hogar. "A veces se habla solo de los infernales, pero también hubo mujeres en las luchas güemesianas. Y muchas", confirmó la profesora. De igual forma, como cuenta Inés, ese rol también era y es importante "somos las que traemos a los hombres a la vida, las que los parimos, educamos y después guiamos, , mirá si no es un papel enorme", enfatizó.
Mujeres sin nombre, pero con historia
Aparicio recuerda a Macacha Güemes, Carmencita (la esposa del general), Martina Silva de Gurruchaga, Juana Azurduy, Juana Moro, Gertrudis Medeiros. Mujeres que sí figuran en algunos documentos, porque pertenecían a familias reconocidas. Pero también destaca a las del pueblo llano, "no sabían leer ni escribir, pero eran las que criaban a los hijos mientras los hombres iban a la guerra, las que cultivaban y se encargaban de la casa cuando el hombre debía partir a la guerra".
"Las mujeres hicieron de espías, buscaron información del enemigo, llevaron mensajes, distrajeron tropas. Siempre estaban presentes, aunque no las nombraran. Siempre ayudaban. Fueron verdaderas heroínas, madres de la patria", afirmó la historiadora.
En tiempos donde la estructura social colocaba a la mujer detrás del hombre, su rol parecía limitado a la obediencia y al hogar. El padre, el esposo o el hijo mayor eran las figuras de autoridad a quienes se debía respeto y obediencia, y eran ellos quienes dictaban las normas dentro de cada familia. Sin embargo, incluso en ese contexto de sumisión y silencio impuesto, muchas mujeres rompieron moldes sin que nadie lo advirtiera.
Fueron revolucionarias desde el anonimato, colaborando en la gesta patriótica con inteligencia, decisión y valentía. Inés Aparicio rescató con admiración el ejemplo de Macacha Güemes, hermana menor del general, quien no solo fue su sostén político, sino también su consejera estratégica, demostrando que, aunque la historia no siempre las visibilice, las mujeres estuvieron —y fueron clave— en cada paso hacia la libertad.
Entre otra de las historias que la marcaron, Inés recuerda a Gertrudis Medeiros, una espía realista descubierta y llevada a pie hasta Jujuy como castigo y a Juana Moro, que dejaba mensajes en huecos de árboles hasta que fue descubierta y emparedada viva.
“Mujeres valientes, que arriesgaron todo por la libertad”, sentenció.
El orgullo de vestir el poncho
Nacida en Perico, Jujuy, descubrió el mundo güemesiano al estudiar con la profesora Ercilia Navamuel. Desde entonces, abrazó las tradiciones del norte con profundo respeto.
“Cuando me visto de gaucha, me estoy vistiendo de gala. No es un disfraz, es un homenaje a nuestras heroínas y a nuestros héroes”, contó con las lágrimas de emoción asomándose por sus ojos.
Un mensaje a las mujeres de hoy
A las jóvenes del presente, Inés les deja un mensaje claro: “Que se interioricen en la vida de estas mujeres. Seguramente muchas tienen sangre de esos gauchos y gauchas valientes. Que aprendan sus valores: respeto, empatía, perseverancia, integridad. Que busquen modelos en sus abuelas, en sus tatarabuelas”.
La gaucha insiste en recordar que “en Salta se parió la Patria. Se la sostuvo hasta que nació y luego se la estabilizó. Y eso se logró con los gauchos, sí, pero también con las mujeres y los niños que colaboraron desde el silencio”.
