Donald Trump no pudo tener un cumpleaños del todo feliz. El día comenzó con la noticia de las muertes de los legisladores Melissa y John Hortman y siguió con una sucesión de marchas antifascistas contra el presidente bajo la consigna: “No kings”, “no queremos reyes en los Estados Unidos”.
Decenas de miles de personas se manifestaron en Estados Unidos contra Donald Trump antes de que el mandatario republicano presida ayer, día de su cumpleaños, un desfile militar.
Nueva York, Los Ángeles, Chicago, Houston y cientos de ciudades más se echaron a la calle para denunciar lo que califican de deriva autoritaria en un país sumido en profundas divisiones políticas.
Para los organizadores de las distinas manifestaciones, el presidente de los Estados Unidos se comporta como si lo fuera: lo acusan de “autoritarismo”, de aplicar una política “del multimillonario primero” y de “militarización” de la democracia.
La polarización sigue siendo un dato que describe a la sociedad norteamericana. Mientras el presidente conserva un núcleo duro de apoyos, que bajó ostensiblemente desde su elección, también hay amplísimos sectores de la sociedad que critican o repudian muchas de sus medidas económicas y antiinmigratorias
Testimonios. En Nueva York, en el corazón de Manhattan, Polly Shulman está indignada “por cómo esta administración destruye los ideales de la Constitución estadounidense”.
Lo que más impacta a esta empleada de un museo de 62 años son “las deportaciones ilegales de residentes respetuosos de la ley que no hicieron nada malo y que tienen derecho al debido proceso, que están siendo secuestrados, desaparecidos y enviados a prisiones de tortura en países extranjeros”.
En Houston (sur), Matthew, un profesor de 34 años que prefirió mantener su apellido en reserva, quiere que demócratas y republicanos “saquen (del poder) a este tipo porque se está comportando como un temerario”.
Miles de personas se concentraron también en Filadelfia.
En Los Ángeles, escenario en los últimos días de protestas contra las redadas migratorias, los manifestantes permanecen estáticos frente a los edificios federales y abuchean a los agentes de la Guardia Nacional, desplegados por Trump aun en contra de las autoridades locales.
