¿Qué hacen las empresas con las licencias por paternidad?
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Este domingo se celebra el Día del Padre, pero para muchos trabajadores en Argentina la fecha deja en evidencia una cuenta pendiente: la posibilidad real de tomarse un tiempo para cuidar a sus hijos recién nacidos. Cambiar pañales, no dormir, aprender a sostener una cabeza diminuta con miedo y ternura. Estar. Eso es lo que muchos padres no pueden hacer durante los primeros días de vida de sus hijos, porque deben volver a trabajar a las 48 horas. ¿Cómo puede una familia reorganizarse en tan poco tiempo después de un nacimiento? Aunque algunas empresas están empezando a ofrecer licencias por paternidad como beneficios extra, todavía falta mucho para alcanzar una verdadera equidad.
En Argentina, la Ley de Contrato de Trabajo (20.744), vigente desde hace casi 50 años, otorga apenas dos días corridos de licencia al padre por nacimiento de un hijo. Así como suena, solo 48 horas para ser parte de uno de los momentos más importante e intensos de la vida familiar.
Y no somos los únicos con este problema. Un relevamiento de la organización Grow – Género y Trabajo, basado en datos de la OIT y legislaciones locales, muestra que en América Latina la mayoría de los países otorgan licencias muy breves a los padres. Solo Venezuela, Colombia y Paraguay alcanzan los 14 días que recomiendan organismos como la OIT o UNICEF. Argentina, con sus escasos 2 días, está entre los países más rezagados junto con Guatemala y República Dominicana. Otros, como Honduras y Haití, ni siquiera contemplan días por paternidad.
Pero ¿por qué es tan importante una licencia más larga? Porque no se trata solo de "dar una mano" en casa, sino de generar un verdadero cambio en la forma en que se distribuyen las tareas de cuidado. Los primeros días de vida de un bebé son clave para el vínculo, para acompañar a la pareja, para organizarse como familia. Limitar la presencia del padre a dos días es invisibilizar su rol, y seguir sosteniendo la idea de que cuidar es solo cosa de mujeres.
Por eso, desde hace unos años, muchas empresas empezaron a tomar cartas en el asunto. Según datos de Michael Page, el 28,4% de las compañías en Argentina otorgan licencias por paternidad extendidas como parte de su paquete de beneficios. De ese total, un 33% son específicamente para padres. En algunos casos, se les permite sumar entre 20 y 30 días corridos al período legal.
"Un trabajador que tiene una licencia real puede involucrarse de lleno en la crianza y dejar de ser simplemente el padre ‘que ayuda’", explica Francisco Scasserra, director de Michael Page. La firma, además, habla de "cuidador primario" y "cuidador secundario" en lugar de usar los clásicos términos de madre y padre. Así, reconocen distintos modelos de familia: parejas del mismo sexo, padres solteros, familias adoptivas.

Desde Grow también remarcan que hablar de "licencia parental" en lugar de "licencia por maternidad o paternidad" ayuda a romper con los estereotipos de género y reconocer las nuevas realidades afectivas. Porque, claro, no todos los hogares se componen igual, y no todas las personas gestan. Reconocer esa diversidad también es parte de una agenda de derechos.
Arredo: un ejemplo para mirar de cerca
En este panorama, hay empresas que decidieron dar un paso gigante. Arredo, la marca argentina de textiles y productos para el hogar, lanzó en 2022 su programa "Cuidar Cuidando", una propuesta integral que promueve la corresponsabilidad en el cuidado. La gran novedad es que ofrece 180 días de licencia paga para quien decida maternar o paternar, sin importar su género ni si se trata de un nacimiento o una adopción.
Es decir, tanto una persona gestante como su pareja —sin distinción de sexo o tipo de vínculo— pueden tomarse seis meses para estar presentes en la llegada de una nueva crianza. Además, el programa contempla muchas otras situaciones: nacimientos múltiples o prematuros, enfermedades, procesos de fertilidad, licencias extendidas por discapacidad, e incluso apoyo económico y psicológico.
"Al diseñar un programa de derecho al cuidado que contempla licencias igualitarias, sin distinción de género, enfrentamos un desafío a la hora de deconstruir sesgos. Por eso, además de las licencias, Cuidar Cuidando contempla un eje de sensibilización, a través del cual buscamos generar conciencia y promover una reflexión crítica acerca de los roles de género que determinan los comportamientos que se esperan de mujeres y hombres a la hora de los cuidados", explica a iProfesional, Fernanda Manuel, gerenta de Sustentabilidad, Diversidad e Inclusión de Arredo.
También otorgan una hora diaria extra por un año para alimentar, sin distinguir si es el padre o la madre, y organizan charlas y grupos de acompañamiento. En los casos donde es necesario, permiten que esa licencia sea cubierta por personal eventual. En otras palabras: pensaron en todo para que cuidar no sea una carga, sino un derecho.
"El cuidado es una responsabilidad social compartida. Las empresas tenemos un rol fundamental a la hora de impulsar políticas que promuevan hogares más equitativos, desde una perspectiva diversa e inclusiva. El primer paso es conocer las necesidades de las personas que trabajan en la organización y sus familias, para luego diseñar políticas acordes a esa realidad", aconseja Manuel pensando en las empresas que quieran avanzar hacia licencias más equitativas.

Este tipo de políticas muestran que sí se puede ir más allá de lo que dice la ley. Que las empresas pueden tener un rol clave para transformar realidades. Y que una licencia larga no es un gasto, sino una inversión, ya que mejora la calidad de vida de los equipos, fortalece el compromiso interno, y ayuda a retener talento.
El mensaje detrás de Cuidar Cuidando es que cuidar también es trabajar, y cuidar no tiene género. Creer en la diversidad, como dicen desde Arredo, es respetar todas las formas posibles de familia. Y sembrar alternativas para elegir cómo vivir.
Mientras los trabajadores siguen recibiendo apenas dos días de licencia por paternidad por ley, algunas empresas ya empezaron a ofrecer beneficios que apuntan a una mayor equidad. El cambio profundo quizás no llegue de inmediato desde el Estado, pero sí puede impulsarse desde cada decisión empresarial. Ojalá que el próximo Día del Padre encuentre a más padres con tiempo para estar, abrazar y criar. Porque sin licencias que repartan el cuidado, no hay igualdad posible.