
Es sabido que una alimentación saludable ayuda a prevenir una larga lista de enfermedades. Según el National Institute of Aging (Instituto Nacional de Envejecimiento) de los Estados Unidos, muchos estudios sugieren que hay una relación estrecha entre estos dos aspectos. Lo que comemos afecta la capacidad del cerebro para pensar y recordar durante el envejecimiento.
Las primeras investigaciones son favorables en cuanto a posibilidad de prevenir porque indican que los patrones de alimentación saludables tienen beneficios cognitivos. Aunque se necesitan más estudios –que de hecho se están realizando–, es posible que una dieta determinada afecte a mecanismos biológicos como el estrés oxidativo y la inflamación que subyacen al Alzheimer.
¿Qué comer para prevenir el Alzheimer?
Todo apunta a que las dietas deberían ser ricas en alimentos con nutrientes que protejan el cerebro. Entre ellos destacan los que cuentan con propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. Este tipo de hábitos podría reducir los niveles de beta-amiloide, un péptido considerado el principal componente de las placas seniles, depósitos que se encuentran en el cerebro de pacientes con Alzheimer.
Las dietas que tienden a relacionarse con la prevención del Alzheimer son las dietas mediterránea y MIND: dos modos de consumo que restringen en gran medida las carnes rojas, las grasas saturadas y el azúcar. Sin embargo, las pruebas no son concluyentes. Mientras algunos estudios señalan que disminuyen las probabilidades de tener Alzheimer, otros demuestran consecuencias apenas distintas de los pacientes que, por ejemplo, siguen dietas con restricción calórica leve.
Prevención del Alzheimer: dieta mediterránea, MIND o baja en caloría
Para un estudio de 2023 se estudiaron 600 casos de personas que fallecieron cerca de los 91 años. Todos ellos habían declarado seguir una dieta mediterránea o MIND. Las utopías realizadas a sus cerebros después de fallecidos demostraron tener menos evidencia de patología de Alzheimer, incluidos ovillos de tau y placas amiloides.
Otros estudios evidenciaron que las personas que siguieron una dieta mediterránea tenían regiones cerebrales corticales más gruesas. Estas se desgastan en las personas con Alzheimer. También se demostró que quienes no tenían este tipo de dieta tenían niveles más altos de proteína beta-amiloide. En otra investigación se asoció la aplicación de la dieta MIND a un retraso en el deterioro cognitivo de casi cinco años.
Tres alimentos para prevenir el Alzheimer
Té verde: un estudio reciente demostró que una molécula de té verde es capaz de descomponer los ovillos de proteína tau que se acumula en el cerebro cuando hay Alzheimer
Hojas verdes: hay evidencia científica de que consumir una porción diaria de verduras como espinaca o col rizada se asocia a una ralentización del deterioro cognitivo debido a sus efectos neuroprotectores
Pescado: su consumo regular está asociado a una mayor función cognitiva y un retraso del deterioro mental.