INTERNACIONAL
escalada de violencia

Caos y cuatro policías asesinados en Bolivia

Los seguidores de Evo Morales cortaron rutas y accesos a las principales ciudades en reclamo de la renuncia del presidente Arce. También piden que el exmandatario pueda presentarse a las elecciones del 17 de agosto, pese a que la Constitución se lo impide. En Potosí, una turba de mineros tomó como rehén a un policía que intentó disolver un piquete y lo hizo volar con explosivos. A otro lo mataron a golpes y a dos más a balazos. También murió un manifestante que manipulaba dinamita.

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| cedoc

Un verdadero caos se desató en Bolivia debido a las marchas y cortes que protagonizan los seguidores de Evo Morales contra el gobierno de su rival político, aunque de la misma corriente partidaria, el presidente Luis Arce.

Al menos cuatro policías fueron asesinados por los manifestantes a balazos o con explosivos, y un civil murió por manipular dinamita, durante los choques con los efectivos desplegados por el gobierno para dispersar los piquetes que impiden la circulación de alimentos y otros insumos de primera necesidad.

Uno de los hechos más brutales ocurrió en el pueblo minero de Llallagua, al suroeste del país, en Potosí, donde un grupo de policías intentó despejar unpiquete en una ruta.

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Allí, según contó el viceministro del Interior, Jhonny Aguilera, el agente Christian Calle fue “secuestrado por una turba” que le introdujo cartuchos de dinamita entre la ropa y los hizo detonar.

Un segundo uniformado fue capturado, también, y golpeado hasta morir. Luego quemaron su cuerpo. A otros dos agentes los asesinaron a balazos.

En los choques también murió un civil. Se trata de un manifestante que estaba manipulando explosivos y le estallaron en las manos.

La policía había intervenido después de que los residentes locales, quejándose de la escasez de alimentos y agua, intentaran desmantelar las barricadas, lo que desencadenó enfrentamientos que dejaron 17 heridos.

En total, 54 personas resultaron heridas en enfrentamientos en Llallagua y Cochabamba, según el Ministerio de Salud.

Las protestas, que comenzaron hace más de una semana, también se han convertido en una revuelta más amplia contra el presidente en ejercicio, Luis Arce, marcada por las peticiones de su renuncia por su gestión de una grave crisis económica.

Presión de Evo. Los partidarios de Morales, quien gobernó el país andino entre 2006 y 2019, comenzaron a bloquear rutas claves en el centro y sur del país el 2 de junio para exigirles a las autoridades electorales que permitan inscribir a Evo en las elecciones del 17 de agosto, pese a que está inhabilitado.

El jueves por la noche, contingentes militares llegaron a Llallagua para desalojar los piquetes. La operación terminó en fuertes enfrentamientos.

Pese a ello, el presidente Arce, tras una jornada de operaciones conjuntas de la policía y el ejército, dijo que se logró abrir las carreteras que conectan La Paz, Oruro y Cochabamba.

Sin embargo, anoche persistían algunos bloqueos en las rutas que conectan Cochabamba con Santa Cruz, el departamento más rico del país.

Morales, de 65 años, ha sido inhabilitado por la Corte Constitucional para buscar la reelección, pero aun así intentó, en vano, inscribirse como candidato el mes pasado.

El gobierno lo acusa de intentar sabotear las elecciones convocando bloqueos para sembrar el caos.

El objetivo de los manifestantes “es cercar La Paz para someterla por hambre”, declaró el presidente Arce. Luego, el fiscal general declaró que Morales estaba siendo investigado por “terrorismo”, por presuntamente incitar a las protestas.

El primer presidente indígena de Bolivia ha permanecido refugiado en su bastión de Cochabamba desde octubre para evitar ser arrestado por cargos de tráfico de menores.

Esos cargos se relacionan con la presunta relación sexual de Morales con una joven de 15 años. Él niega las acusaciones. Evo cuenta con un gran número de seguidores, especialmente entre las comunidades indígenas del país.