En medio de la pelea Trump-Musk se enfría la relación de Milei con EE.UU. y se dilatan acuerdos comerciales

En los últimos días, el presidente Javier Milei se entrevistó con los presidentes de Italia, Francia e Israel, pero las negociaciones con el gobierno de los Estados Unidos, encabezado por Donald Trump, avanzan en cámara lenta y todavía no se avizora la ansiada reunión de ambos presidentes en la Casa Blanca, tal como quieren en la Casa Rosada, según fuentes diplomáticas.

Por ahora, los negociadores del Gobierno no tuvieron avances en la negociación de un Tratado de Libre Comercio (TLC) entre ambos países y tampoco en los acuerdos de aranceles recíprocos de las importaciones de productos argentinos en Estados Unidos.

"Existe un cierto enfriamiento en la calurosa relación entre Trump y Milei", señalan fuentes en la Casa Rosada. En el plano diplomático y militar las relaciones siguen intactas porque Washington quiere a Argentina como aliado en América Latina y habrá viajes de funcionarios de ambos países. Pero en la relación entre presidentes se nota una baja en la intensidad del vínculo.

Trump, ocupado en conflictos globales

Por ahora, Trump parece más ocupado en decenas de conflictos desatados por su gobierno con China, Rusia y Ucrania y en las peleas internas con el empresario Elon Musk, que renunció al Departamento de Eficiencia norteamericano con denuncias de aumentos del gasto y acusaciones cruzadas de alto calibre. En la Casa Rosada admiten que Milei quedó descolocado porque mantuvo una efusiva relación con ambos y en estos tiempos es difícil tomar partido por alguno de ellos.

La posibilidad de cerrar un TLC con Trump cayó en la realidad y por ahora no hay ningún avance del gobierno de Milei y el canciller Gerardo Werthein, que tiene como negociador al embajador argentino en Washington Alec Oxenfort. Muchos funcionarios de la Cancillería deambulan por los edificios de Washington con pocos resultados a la vista.

No hay acuerdos de reciprocidad en los aranceles y las tarifas que busca Argentina no están llegando. "Con todos los problemas que tiene Trump con Musk y con su propia torpeza, Argentina está en un lugar secundario en la agenda", señaló una fuente de la Cancillería.

"Creo que la política de la motosierra les resulta simpática, pero no tienen nada en América Latina que les resulte mejor salvo Nayib Bukele con las cárceles. Le dio bolilla a Milei en el pasado, le concedió el acuerdo con el FMI, pero ahora tiene mil problemas y conflictos que resolver y Argentina no califica", señaló un experto negociador diplomático argentino que todavía circula en el Ministerio de Relaciones Exteriores.

Sin señales de reunión bilateral entre Donald Trump y Javier Milei

Por ahora no se avizora una reunión bilateral entre Trump y Milei en la que el presidente de Estados Unidos reciba con alfombra roja a su visitante argentino en el Salón Oval de la Casa Blanca. Lo cual no quiere decir que no se impulse de un momento a otro.

Sin embargo, en su último encuentro el 22 de febrero en Washington, entre ambos presidentes, Trump dio a entender que invitaría a Milei a la Casa Blanca. Luego de eso, el presidente argentino fue a Mar-a-Lago un mes después para obtener una foto con Trump y no se produjo.

En el funeral del papa Francisco, hace un mes, Trump y Milei coincidieron en la ceremonia a unos 20 metros, pero el presidente de Estados Unidos no se acercó al argentino.

"Por ahora la reunión no va a ocurrir, pero si pasa algo habrá que ver. Por ahora no parece un jugador en la geopolítica, además de que hemos dado tantas muestras de alineamiento que no necesitan saber que estamos firmes", analizó otro diplomático que sigue de cerca las relaciones.

Avances comerciales paralizados

En rigor, todos los acuerdos comerciales del gobierno de Javier Milei están paralizados. Curiosamente, el canciller Gerardo Werthein aún no nombró al subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales, un cargo clave que está vacante desde la renuncia de Diana Mondino. Milei, sin embargo, quiere apurar los acuerdos con EE.UU., algún tipo de entendimiento si no puede ser un TLC, el del Mercosur-Unión Europea (que tiene a Francia como principal obstáculo), y otros como el del Mercosur y EFTA (Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza). También están en carpeta acuerdos del Mercosur con Emiratos Árabes Unidos, Singapur, Corea y Líbano.

El lugar de la Cancillería lo ocupó el Ministerio de Economía, que la semana pasada envió al secretario de Industria y Comercio, Pablo Lavigne, experto en temas arancelarios. Fue acompañado por la subsecretaria de Comercio Exterior, Carolina Cuenca, y por el cónsul en San Pablo, Luis María Kreckler, que todavía no terminó su mandato en Brasil pero colabora con Werthein en los temas económicos.

En medio de una guerra comercial arancelaria, hoy es impensable que la administración Trump acceda a firmar con Argentina un acuerdo de libre comercio, porque precisamente Washington está en modo proteccionista. Por eso Milei no puede avanzar, aun si amenaza con dejar el Mercosur para aliarse a Trump. Además, tiene el obstáculo de que no puede irse del Mercosur sin aval del Congreso ni firmar un TLC sin el Parlamento.

Mientras tanto, el gobierno de Milei debe conformarse con los aranceles globales recíprocos del 10% que Estados Unidos impuso también a Argentina, que quedó al margen de los vaivenes de alzas y bajas de aranceles del presidente norteamericano con China, Canadá, México y Vietnam.

La misión de Lavigne, según trascendió en el gobierno, no tuvo mayores resultados, más allá de que Milei recibió el 15 de abril en Argentina al secretario del Tesoro, Scott Bessent, que tampoco hizo grandes anuncios, aunque dejó mensajes de apoyo financiero para el acuerdo con el FMI y advertencias sobre la injerencia de China.

Esa visita no pudo impedir que la administración Trump impusiera hace diez días un aumento de aranceles al aluminio y al acero, del 25% al 50%, que afecta a empresas de primera línea en Argentina como Techint (acero) y Aluar (aluminio), que ya tienen asumidas esas pérdidas y buscan nuevos mercados sin entrar en conflicto.