
La demencia es una condición que genera preocupación y dudas, tanto en quienes la padecen como en sus entornos. A medida que avanza la edad, es natural preguntarse sobre los cambios en la memoria y las capacidades cognitivas, y cómo diferenciarlos de lo que podría ser un indicio de un trastorno neurodegenerativo más complejo.
Si bien no siempre es fácil discernir entre el envejecimiento normal y el inicio de la demencia, existen ciertas alteraciones en el comportamiento, la memoria o las habilidades cotidianas que merecen atención. Estar informados sobre estas posibles advertencias iniciales es fundamental para buscar un diagnóstico a tiempo y explorar las opciones disponibles.
Cuál es el primer síntoma de la demencia
La principal señal de que alguien puede tener demencia o alzheimer es la pérdida de memoria. En este sentido, un diagnóstico temprano resulta fundamental, sobre todo, para permitir el uso de medicamentos para la amiloidosis. Estos tratamientos son más eficaces cuando se administran en las etapas iniciales de la enfermedad.
Cabe destacar que todos tenemos problemas de memoria de vez en cuando, muchas veces a causa del estrés. Pero la pérdida de memoria causada por alzhéimer es permanente y afecta la capacidad de la persona para desenvolverse en el trabajo y en el hogar.
Algunos de los síntomas más comunes son: olvidar conversaciones, citas médicas o eventos programados; extraviar artículos y, a menudo, ponerlos en lugares en los que no tiene sentido hacerlo; perderse en lugares que solían conocer bien; olvidar los nombres de familiares y de objetos de uso cotidiano y tener problemas para encontrar las palabras adecuadas, expresar pensamientos o mantener conversaciones.