10 Junio 2025
La historia está escrita. O casi. Porque falta la firma. Y en el mundo del fútbol, una firma puede serlo todo. Nicolás Castro está a un sólo paso de convertirse oficialmente en refuerzo de San Martín; pero ese paso, por ahora, sigue sin darse.
Durante este martes, cuando todo parecía listo para la foto con la camiseta "santa" en Bolívar y Pellegrini, el acuerdo se frenó en seco por un detalle administrativo: la rescisión de contrato con Atlético todavía no fue firmada. En los papeles, Castro sigue siendo jugador del “Decano”, y mientras tanto en La Ciudadela siguen esperando.
Un allegado a la dirigencia "decana" le confirmó a LA GACETA: “Castro tiene que pasar a firmar la rescisión por la escribanía. Seguramente lo hará mañana”, dijo. Y ese “mañana” se convirtió en una palabra cargada de ansiedad para todas las partes.
En San Martín reina la cautela, aunque el optimismo sigue intacto porque el jugador ya tiene todo acordado con el “Santo”: vínculo hasta diciembre de 2026, condiciones aprobadas y la decisión tomada de regresar a un club en el que ya supo ser importante. Pero hasta que el trámite no se complete, todo queda suspendido; como una escena congelada en el aire, esperando el clic que le dé movimiento.
Castro, por su parte, se mantiene en silencio, sin declaraciones públicas. Pero su entorno insiste: su deseo es claro. Quiere vestir otra vez la camiseta del “Santo”, volver a sentir la adrenalina de La Ciudadela y afianzarse en la provincia donde su carrera y su vida encontraron estabilidad.
La CD "santa" tiene más tiempo para sellar el acuerdo
Mientras tanto, la novela suma capítulos y espectadores. En Atlético, algunos cuestionan los tiempos; en San Martín, otros empiezan a mirar el reloj con impaciencia. La prórroga del libro de pases (ahora cerrará el jueves 19 a las 18) ofrece un margen más amplio, pero cada día que pasa sin que se destrabe la situación es un día perdido de trabajo con el grupo, de adaptación, de puesta a punto.
¿Habrá final feliz? Todo indica que sí. Pero habrá que esperar al próximo episodio. Por ahora, el pase de Castro a San Martín está a una firma de distancia; una firma que aún no llega, pero que ya tiene una ciudad entera esperando.
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