La tensión volvió a estallar en el barrio Pie de Palo, Caucete, este lunes por la tarde, cuando un nuevo enfrentamiento entre vecinos terminó en una violenta batalla con piedras, vidrios rotos, gritos y amenazas en plena vía pública. El altercado, protagonizado por dos grupos familiares con antecedentes de disputas, motivó la rápida intervención de la Policía tras múltiples llamados al 911.
El periodista Ariel Rodríguez informó que, pasadas las 13:30, se vivieron momentos de alta tensión cuando comenzaron a volar objetos contundentes entre los bandos enfrentados. Las imágenes captadas muestran escenas de agresividad verbal y lanzamientos peligrosos, que obligaron a los vecinos a refugiarse por temor a resultar heridos. Afortunadamente, en este episodio no se registraron lesiones ni detenciones, aunque el clima sigue siendo muy hostil.
Las familias involucradas mantienen una enemistad de larga data, y este no es el primer episodio violento en la zona. De hecho, Pie de Palo es considerado uno de los barrios más conflictivos del departamento, con antecedentes recientes que refuerzan la preocupación de la comunidad.
El martes 27 de mayo, un disturbio similar terminó con dos policías heridos, varios aprehendidos y daños materiales a móviles oficiales. En ese entonces, también se vieron involucrados menores de edad y se activó el protocolo de flagrancia. Incluso, se registró el robo de herramientas de un vehículo particular y un menor sufrió una lesión en el cuero cabelludo durante el operativo policial.
Otro hecho grave ocurrió el 26 de abril, cuando una pelea entre las familias Quiroga y Morán terminó frente a la Comisaría 37ª con ataques a los efectivos que debieron efectuar disparos al aire para dispersar a los agresores. En esa ocasión, todo se desencadenó tras una discusión por “viejas diferencias”, que rápidamente escaló a una gresca con consecuencias para la seguridad pública.
La reiteración de estos episodios pone en jaque la convivencia en el barrio y genera una creciente alarma en los vecinos, quienes aseguran vivir con temor permanente. Mientras tanto, las fuerzas de seguridad mantienen la zona bajo vigilancia, y la Justicia continúa investigando los distintos hechos.