09 Junio 2025
Las malas noticias, malas señales, malos gestos o actitudes pueden predisponer el humor de una persona y, en consecuencia, la forma en que tratan a los demás. Un neurocientífico español aseguró que permanecer de buen humor y tener una relación amable con los demás puede extender nuestro tiempo de vida e incluso mejorar la salud.
La biología evolutiva está de su lado. La amabilidad, también denominada “prosociabilidad”, ayuda a que las personas se posicionen mejor entre sus relaciones. Esta habilidad o postura ante la vida ayuda a tener un mejor paso por el mundo y sobrevivir mejor en la sociedad y en convivencia con otros.
¿Por qué las personas amables viven más tiempo?
“La ciencia dice que aquellos individuos que son amables, prosociables y cordiales vive más años, su esperanza de vida se incrementa, mejora su salud –cardiovascular y cerebral– y sobre todo mejora su bienestar emocional”, sostuvo el investigador y profesor de Neurociencia de la Universidad Autónoma de Madrid, Jonathan Brito.
Es que las personas amables son también más felices y el especialista señala que nadie quiere renunciar a ello. En paralelo, las personas agresivas e hipercompetitivas perciben todo lo que se les presenta como un conflicto. El nivel de cortisol aumenta y afecta directamente el funcionamiento de todos los órganos, incluídos los vitales.
Brito adjudica este comportamiento a una habilidad que proviene de los lobos e incluso de los perros. Considera que el concepto no es ajeno a los seres humanos puesto que el hombre en su evolución aprendió la sociabilidad para convivir y sobrevivir a los fenómenos climáticos y amenazas que se presentaban.
¿Por qué hay personas más amables y más agresivas?
Ante la pregunta de a qué se debe que haya personas extremadamente amables y otras extremadamente antipáticas o agresivas, Brito responde que “todo está en nuestro cerebro”. Adjudica la conducta al bagaje histórico que tenga esa persona. Es decir que es una formación que viene desde la infancia.
La prosociabilidad nos ayuda a posicionarnos, a ser valorados en el grupo, mientras que la agresividad sólo hace que aparezcan enemigos o que las personas quieran poner algunos obstáculos en nuestro camino. “Si sos amigable, vas a ser magnético dentro del grupo. Tenemos lobos en nuestra sociedad porque aún hay individuos con la autoestima bastante dañada y piensan que por su agresividad van a tener buena posición dentro del grupo”, explicó.
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