El control de emisiones de gases de efecto invernadero se mete en la agenda de Vaca Muerta
La provincia lleva adelante un plan que le permitirá conocer la cantidad y tipo de emisiones de gases que genera cada operadora petrolera con el objetivo de desarrollar una legislación que regule su generación. El desarrollo hacia el norte de Vaca Muerta obliga a Neuquén a acelerar los planes para el tratamiento de los desechos petroleros.
Desde la Secretaría de Ambiente impulsan una agenda ambiental con foco en Vaca Muerta y avanzan en el control y la medición de los gases de efecto invernadero en la actividad hidrocarburífera como principal política para este año junto con la gestión de residuos “in situ”.
Las medidas fueron anunciadas por secretaria de Ambiente, Leticia Esteves, en el marco de un plan de la gestión del gobierno Rolando Figueroa que busca imponer la sustentabilidad como premisa fundamental para acompañar el desarrollo de la actividad petrolera y el crecimiento proyectado para Vaca Muerta.
En este contexto, la cartera de Ambiente, que opera bajo la órbita del Ministerio de Energía, impulsó la creación de la Resolución 258/25 que da origen al “Programa de Monitoreo y Mitigación de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero en el Sector Hidrocarburífero”.
El proyecto comenzó a trabajarse el año pasado, a poco tiempo de asumir la gestión. Si bien en los años previos el área de Energía de la provincia había analizado la posibilidad de avanzar en la medición de gases, como el metano y el dióxido de carbono, hasta ese momento el único registro que tenía la provincia de Neuquén era el que se hacía mediante los reportes de Sustentabilidad que presentaban algunas operadoras.
Trabajo con el IAPG
El problema que halló la nueva gestión de gobierno fue que los datos informados en esos reportes contenían información dispar, ya que cada compañía hacía mediciones con diferentes metodologías y abarcando distintos procesos de su actividad, lo que impedía armar un reporte unificado. Además, su presentación no era obligatoria, por lo cual no todas las empresas petroleras habían informado sus datos.
Por esta razón, la secretaría de Ambiente acudió al Instituto Argentino de Gas y Petróleo (IAPG) para lograr consensuar con la industria una norma que le de homogeneidad a la información recibida. De esta forma, elaboraron un proyecto que apunta a la medición de metano, dióxido de carbono y óxido nitroso.
El programa establece un plazo de 12 meses para realizar una prueba piloto en la que se elabore una línea base con la cantidad de emisiones que genera cada compañía y su tipo.
Para el 2026, la provincia espera poder avanzar en exigencias hacia la industria que le permitan hacer un control de los gases emitidos y poder elaborar sanciones en caso de detectar fugas o excesos.

Además, de esta forma les da una ventana de tiempo a aquellas empresas que hasta el momento no llevan un control de sus emisiones. A partir de la información obtenida durante este año de prueba, Neuquén impulsará un nuevo marco regulatorio para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero.
Este programa, además, es acompañado por otra medida que tomó este año la cartera y que tiene que ver con la adhesión al International Methane Emissions Observator (IMEO) que permite detectar grandes fugas de metano en la industria petrolera. En este caso, se trata de una iniciativa de las Naciones Unidas que crea el observatorio que, a su vez, integra el Sistema de Alerta y Respuesta al Metano (MARS), un monitoreo en tiempo real que permite detectar fugas de metano superiores a los 500 kilogramos por hora mediante tecnología satelital.
La importancia de su medición radica en que, por su poder de calentamiento, este gas es ochenta veces más contaminante que el dióxido de carbono y ocasiona efectos nocivos en la capa de ozono.
El IMEO además de la detección, incluye una alerta temprana a la provincia afectada que le permite un rápido accionar a la hora de registrarse una gran fuga de metano.
Vaca Muerta: más actividad, más residuos
La otra pata del trabajo de Ambiente tiene que ver con el tratamiento de los residuos petroleros, es decir aquellos provenientes del “cutting” o recortes de perforación o el “flowback”, agua obtenida en la producción. En un contexto de creciente actividad, la generación por parte de la industria se presenta como un próximo cuello de botella frente al estado actual de las plantas encargadas de procesar los desechos que se generan.
Actualmente en Añelo existen seis plantas encargadas de recibir residuos generados en el corazón de Vaca Muerta: Comarsa, Treater, Indarsa, Servicios Ambientales de Neuquén (SAN), Ecopolo Argentina y TransEcológica.
Según un informe de Chequeado.org en un año los residuos generados en el sector crecieron un 35% a 2023, cifra que podría haber aumentado en 2024 con el aumento de la actividad. Este crecimiento impactó poniendo en riesgo la capacidad actual de las plantas.
En este sentido, la secretaria de Ambiente también adelantó que buscan consensuar con las compañías que proyectan su crecimiento hacia el norte de la formación Vaca Muerta, el tratamiento “in situ” de sus propios residuos mientras evalúan otras alternativas como la implementación de nuevos hornos pirolíticos o la reutilización.
Teniendo en cuenta las proyecciones en áreas como Rincón de Aranda (Pampa Energía) y Los Toldos II Este (Tecpetrol) la provincia presiona a las empresas para que aceleren en sus planes los proyectos que incluyan el tratamiento en la locación de los mismos desechos que produzcan:“Hay que empezar a invertir hoy porque lo que no hagamos ahora, en tres años va a ser tarde”, alertó Estéves.
“La gestión de residuos tiene que ser parte fundamental de la agenda de las empresas porque no queremos seguir generando zonas de sacrificio y porque creemos que no es un gasto más sino una inversión”, cerró.
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