Considerada la sucesora de Chabuca Granda, Susana Baca nació rodeada de músicos y artistas, por eso no fue de extrañar que a los cinco años se subiera por primera vez a un escenario y no se bajara nunca más.
Hoy, a sus 81 años, una gira que empezó por Montevideo y que la lleva por varias ciudades argentinas, la trae al escenario mayor del Teatro Real para presentar ‘Estar viva’.
—¿Qué trae este nuevo show que presentás esta noche?
—Lo llamamos “Estar viva” porque, tú sabes, tuve algunos problemillas y casi me voy de este mundo, pero no me fui. Así es que “Estar viva” es traer una serie de canciones como La Cigarra, de María Elena Walsh, que tiene una letra tan significativa para mí. Voy a empezar el concierto con esa canción.
—¿Vas a hacer canciones de otros cantautores argentinos?
—Sí, una canción de Fito Páez, en homenaje a Piazzolla y una canción que hice aquí en Argentina, cuando compartí escenario con Raly Barrionuevo. Yo lo conocí hace muchísimos años en el Ecuador. Su canción ‘La chacarera del exilio’, me parece hermosa. Y hago la chacarera emparentada con otro ritmo afroperuano, que es el Landó, muy de los afros, y que es mi ritmo favorito. Entonces, hacemos las dos versiones.
—Compartiste escenario también con Mercedes Sosa, ¿qué recuerdos tenés de ella?
—Compartimos escenario en La Vieja Usina, un lugar hermoso. Cantamos Duerme negrito, una canción de cuna. Fue muy emocionante. Cuando ella ha ido a Perú he ido a verla, a recibirla y cuando he venido a Argentina, también ella me ha recibido con los brazos abiertos. Había un cariño enorme entre nosotras.
—¿Qué significó en tu vida y en tu carrera Chabuca Granda?
—Fue mi madre musical. Fuimos amigas, compartimos muchas cosas. Yo viví un tiempo con ella, tuve el privilegio de asistir a sus ensayos, de acompañarla en sus presentaciones.
—¿Cómo fue tu infancia?
—Mi padre tocaba la guitarra y mi madre era una gran bailarina. Cuando ella salía a bailar, le hacían ruedo para verla bailar. Yo crecí en ese ambiente, escuchando a mi padre tocar la guitarra, que fue un instrumento que me transmitió siempre emociones muy fuertes. Recuerdo las fiestas en familia, se bailaba el vals y el tango porque había una gran influencia del tango en Perú, pero al final de la noche las tías mayores y las abuelas se ponían sus mantas en los hombros y bailaban la zamacueca, un ritmo que casi se ha perdido. Las jóvenes no podían bailar la zamacueca porque era un baile muy sugerente, muy sensual y se exponían a que les falten el respeto, entonces solo lo bailaban las mujeres mayores. Pero mi madre lo aprendió al verlas y me lo enseñó. Esa es una herencia que tengo desde niña y que creo que está en mis venas, en mi sangre.
—¿Te acordás de la primera vez que te subiste a un escenario?
—Sí, era muy chiquita, tendría unos cinco años. Cuando la banda de músicos de la Escuela Militar de Chorrillos salía los jueves a tocar para la gente, hacían valses y después tocaban la marinera y yo era la bailarina de marinera para esa banda. Me ponían mis lazos y mi vestido más bonito y salía con la banda. Fueron muy lindos esos momentos de mi vida con la música. La música ha sido un ingrediente fundamental en mi vida desde que abrí los ojos.
—Además de dedicarte al canto, dirigís un centro cultural afroperuano en tu país.
—Sí. Con mi esposo, Ricardo Pereira, tenemos un centro cultural de la memoria; es un espacio muy lindo en la zona sur de Lima, en un lugar llamado Santa Bárbara, donde se vivió la esclavitud de la caña de azúcar y el algodón hace muchos años. Ahí hemos hecho encuentros hermosos, han ido maestros de la Universidad de Cuyo a dar clases y hacer comparaciones de los ritmos argentinos con los ritmos afroperuanos. Te voy a dar una primicia porque no lo hemos contado ni siquiera a los periodistas peruanos: la Universidad de Cuyo me entregará un Honoris Causa.
—¿Cuándo?
—El día 12 de junio, en Mendoza, así que tendré que desfilar entre muchos doctores y todo (se ríe). Pero es para mí una emoción muy grande recibir este reconocimiento de una Universidad tan importante como la de Cuyo.
—¿Cuál es la importancia que le da el Estado a la cultura allá?
—Absolutamente ninguna. Los artistas tenemos que abrirnos camino solos, luchar por nuestros derechos, incluso tuvimos que pelear por una ley que pretendía recortarnos el pago de nuestras regalías, de nuestra propiedad intelectual, imagínate tú, en vez de darnos cosas que nos estimulen, nos quieren quitar. Pero hemos levantado la voz todos y entonces ya han dado marcha atrás.
—No sé si estarás al tanto, pero aquí también están haciendo recortes.
—Sí, es terrible, si Argentina es conocida en el mundo por la cultura que tiene. Yo creo que tenemos que estar muy alertas y muy comunicados, porque lo que pasa aquí pasa allá y lo que pasa allá también pasa aquí, ¿no? Los sectores cavernarios tienen miedo a la cultura, esa es la verdad.
—Tuviste un paso por el Ministerio de Cultura en Perú hace algunos años, ¿cómo fue esa experiencia?
—Fue buena. Pude convocar a la comisión que ha trabajado la ley del artista y todo esto. Siento que he hecho buenas cosas cuando he estado ahí. No se me ha permitido más porque fue un tiempo muy corto. Y en tiempos tan cortos, en esos cargos no puedes hacer nada (NdelE: Baca fue Ministra de Cultura de julio a diciembre de 2011, bajo el gobierno de Ollanta Humala Tasso).
—¿Por qué tan poco tiempo?
—Bueno, el viraje del gobernante, ¿no? Me convocaron por ser una representante de la cultura afroperuana. Pero de pronto cambió de forma de pensar el gobernante y se deshizo de todos los ministros que tenía. Pero antes de irme terminé la reglamentación de la Ley de Consulta Previa a los Pueblos Indígenas.
—¿Qué implica esa ley?
—Esa ley implica que si en un espacio de la Amazonía o de la sierra, en el Perú, hay la intervención de una de esas empresas de hidrocarburos o empresas mineras, ellos no pueden ingresar si no están de acuerdo con la gente que vive en ese lugar; le tienen que consultar a esa gente, los tienen que escuchar en una conversación de igual a igual, hablando claramente y a la cara. Esa es la ley, aunque claro, tampoco la cumplen completamente.
Estar viva
La cantante y compositora actuará hoy domingo a las 20 en el teatro Real. Las entradas (desde $45.000) están a la venta en Autoentrada y en la boletería del teatro.