La industria automotriz mundial se está viendo tensionada por las restricciones de China a sus exportaciones de “tierras raras”, de las cuales tiene prácticamente un monopolio. La actitud del gigante asiático provoca dificultades e interrupciones, y se han convertido en una poderosa arma en su guerra comercial con Estados Unidos.
China controla más del 60% de la extracción de los metales llamados “tierras raras” y el 92% de su producción refinada a nivel mundial, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
En plena guerra comercial con Washington, Beijing impone desde principios de abril a las empresas chinas la obligación de una licencia de exportación de esos materiales, incluidos los “imanes de tierras raras” indispensables para el sector automovilístico.
Tras las negociaciones entre China y Estados Unidos en mayo en Suiza, se esperaba una flexibilización. Pero las autorizaciones de exportación no se han reactivado lo suficiente, según los industriales, lo que llevó a Washington a denunciar un incumplimiento del acuerdo de Ginebra.
Desde principios de abril, China aprobó apenas un 25% de las licencias de exportación, denunció la Asociación Europea de Fabricantes de Equipos Automotrices (Clepa). “Algunas licencias se rechazan por razones de procedimiento, mientras que otras exigen la divulgación de información sensible de propiedad intelectual”, agregó.
En una muestra de apertura, Beijing propuso instaurar un “canal verde” para facilitar la exportación de tierras raras hacia la Unión Europea.
Componentes indispensables. Algunas tierras raras como el neodimio y el disprosio permiten fabricar imanes potentes, de los cuales China asegura el 90% de la producción mundial. Estos imanes tienen “un papel esencial en los motores eléctricos, sensores de dirección asistida, sistemas de frenado regenerativo, entre otras funcionalidades avanzadas de los vehículos”, detallan los expertos de la consultora BMI.
La situación pone de manifiesto la fuerte dependencia del resto del mundo: Europa importa de China el 98% de sus imanes de tierras raras. “Con una cadena de suministro global profundamente interconectada, estas restricciones ya están paralizando la producción de los fabricantes europeos”, insiste Benjamin Krieger, secretario general de Clepa. Esta federación informa de “importantes interrupciones” en Europa, donde estas restricciones “han provocado el cierre de varias líneas de producción y fábricas”.
En Japón, Suzuki anunció el jueves “haber cesado la producción de algunos modelos debido a una escasez de componentes” de tierras raras, según el diario Nikkei. En EE.UU., Ford tuvo que detener su planta de Chicago que produce el SUV “Explorer” durante una semana, informa Bloomberg.
“La preocupación crece de forma visible; muchas empresas sólo tienen recursos para unas semanas o meses”, explica Wolfgang Weber, presidente de la federación alemana del sector (ZVEI).
La electrónica, otro gran consumidora de tierras raras, también podría verse afectada por esta crisis.