El multimillonario tecnológico Elon Musk se arrepintió y borró su explosiva acusación que vinculaba a Donald Trump con el financiero caído en desgracia Jeffrey Epstein, publicada en redes sociales durante un violento enfrentamiento público con el presidente estadounidense esta semana. Sin embargo, no puede frenar el escándalo a nivel mundial y la posibilidad de que sus empresas terminen seriamente afectadas.
Musk, quien dejó su puesto como asesor principal de la Casa Blanca la semana pasada, alegó el jueves que el líder republicano aparece en archivos secretos del gobierno sobre antiguos colaboradores de Epstein, quien se suicidó en 2019 mientras enfrentaba cargos de tráfico sexual.
“Es hora de lanzar la bomba: (Trump) aparece en los archivos de Epstein”, publicó Musk en su plataforma de redes sociales, X, mientras su creciente pelea con el presidente se convertía en una disputa pública espectacular. “Esa es la verdadera razón por la que no se han hecho públicos”, remarcó.
Musk no reveló a qué archivos se refería ni ofreció pruebas que respaldaran su afirmación. Inicialmente, insistió en su afirmación, escribiendo en un mensaje posterior: “Guarden esta publicación para el futuro. La verdad saldrá a la luz”.
Ante el grave tono que tomó la crisis, con el mandatario advirtiendo que Musk estaba “loco” y que iba a eliminar los contratos del gobierno con algunas de sus empresas como SpaceX, el millonario decidió dar un paso al costado y eliminar el tuit.
El inicio del derrumbe. La semana pasada, Trump despidió a Musk con entusiasmo al dejar su puesto de reducción de gastos en el llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE). Pero su relación se desmoronó en cuestión de días cuando Musk describió como una “abominación” un proyecto de ley de gastos que, de ser aprobado por el Congreso, podría definir el segundo mandato de Trump.
En forma rápida, Trump contraatacó con una diatriba desde la Casa Blanca y a partir de ahí la crisis estalló, dejando a Washington y a los usuarios de redes sociales, fascinados por la fulminante ruptura entre la persona más rica y el presidente de la primera potencia mundial.
Tiemblan los mercados. El jueves, cuando estalló la pelea, las acciones de Tesla, la empresa de Musk, perdieron cerca de 150 mil millones de dólares en valor, la mayor caída en un solo día de su historia. La acción cerró con una caída de más del 14 por ciento.
La incursión política de Musk ya produjo una alta volatilidad de las acciones de Tesla durante este año. De 428 dólares que valían en enero pasaron a casi la mitad en marzo por la participación de Musk en el gobierno.
Los riesgos. El enfrentamiento puede derivar en graves riesgos para ambos. Trump corre el peligro de ver afectada su imagen y enfrentar eventuales juicios si realmente se comprueba que participó de las fiestas de Epstein.
Musk, por su lado, corre el peligro de pérdidas millonarias en sus empresas. Tesla, la más rentable de Musk, podría verse severamente afectada por los planes de Trump de recortar un subsidio a los nuevos vehículos eléctricos que valen hasta 7.500 dólares para los compradores. El mandatario, pese al lobby de Tesla, planea eliminar el crédito a finales de año, siete años antes de su fecha de vencimiento.
Analistas de JP Morgan anticipan que el recorte de subsidios reduciría las ganancias anuales de Tesla en 1.200 millones de dólares.
Hay otro peligro para Musk tiene que ver con la amenaza vertida por Trump en las redes sociales de romper los contratos del gobierno con SpaceX, la otra gran empresa del millonario.
Desde el año 2000, SpaceX ha recibido más de 22 mil millones de dólares en contratos del Departamento de Defensa de EE.UU. y la agencia espacial NASA. Los analistas señalan que si Trump rescindiera esos contratos, podría ocasionar un efecto búmeran sobre el gobierno: en primer lugar tendría un enorme impacto financiero en SpaceX, pero también perturbaría las ambiciones espaciales del gobierno estadounidense.
La Crew Dragon de SpaceX es actualmente la única nave espacial estadounidense certificada para transportar tripulación a la Estación Espacial Internacional.
Finalmente, está en riesgo la compañía satelital de internet Starlink. Cualquier finalización de los contratos del Pentágono que involucran ese servicio de Musk también sería una pérdida para ambos sectores. Starlink proporciona servicios de banda ancha a zonas rurales, pero también se han desplegado terminales en bases militares, barcos, aeronaves y vehículos blindados estadounidenses.
