Jaldo: razones para ser el candidato

Jaldo: razones para ser el candidato

Osvaldo Jaldo. PRENSA PODER JUDICIAL Osvaldo Jaldo. PRENSA PODER JUDICIAL

Si Jaldo pierde en los comicios de octubre se pondrá seriamente en riesgo su reelección, porque se debilitaría políticamente. No sólo se le animarían los de afuera, sino también los de adentro. Está obligado a ganar si quiere tranquilidad en sus dos últimos años de gestión. No puede arriesgarse a convertirse en el próximo Jorge Macri; tiene que alambrar políticamente la provincia. Una razón suficiente para pensar en ser candidato a diputado nacional en primer término en la boleta del peronismo tucumano. No sería un lujo, sino una necesidad práctica para asegurar su propia supervivencia y la del jaldismo. Los eventuales cuestionamientos a la candidatura testimonial son irrelevantes en los tiempos actuales del mileísmo, donde no se respetan las formas institucionales y se apela al más puro pragmatismo para ganar a cualquier costo, una de las características genéticas del PJ, vaya por caso. Además, no sería ilegal ya que en 2009 la Cámara Nacional Electoral aprobó la candidatura a diputado nacional del entones gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli. “Lo que establece la norma constitucional es una incompatibilidad que impide el desempeño simultáneo de ambos cargos pero no limita la participación electoral”, apuntó esa vez la CNE para justificar la postulación testimonial del bonaerense. Su posible nominación viene madurando desde que se la sugirió en las primeras horas del 26 de abril último. Entonces, al respecto, el gobernador deslizó entre los suyos: “no me sigan tirando ideas”. Como se dijo, sólo había que buscar buenas justificaciones para avanzar. El propio Jaldo aportó una hace unas horas: no puede perder ante Milei. En el concepto ubica al Presidente como un adversario, aunque tibiamente; algo que le cuestionan peronistas que defienden la justicia social, una idea doctrinaria que aborrece Milei. Siguiendo, si Jaldo es derrotado por las huestes del libertario perderá peso su influencia en el Congreso pues ya no podría negociar los votos de su bloque en la Cámara de Diputados. En el Gobierno nacional ya no lo necesitarían, como al ex presidente Macri, cuyas acciones cayeron al piso en los comicios de la CABA. Así, el tranqueño casi se ve obligado a liderar la boleta con su apellido expuesto en mayúsculas. Aunque deberá explicitar con precisión por qué los tucumanos deberían optar entre él o Milei, o sus candidatos libertarios, sin exponerse tan abiertamente contra el Presidente, con quien debe seguir relacionándose institucionalmente hasta 2027. Sin embargo, es una buena oportunidad para mostrarse ante los peronistas, de la provincia y fuera de ella, enfrentando al mileísmo. También debe sopesar lo siguiente: las lecturas que se harán el 27 de octubre, ya que será de análisis ineludible decir quiénes son los ganadores y quiénes los perdedores a nivel nacional. Jaldo puede convertirse en la referencia peronista del norte si es que gana, máxime si Cristina y Kicillof -acuerdo personal y político o no de por medio-, pierden en Buenos Aires. Algo más, y no menor, el proceso de renovación interna del PJ en el país tampoco puede estar exento en la valoración de su postulación. Si quiere estar en la mesa de la discusión nacional, ya sea en la del mileísmo -por su gestión- o en la del peronismo -por su identificación partidaria-, Jaldo tiene que consolidarse como líder político territorial y regional, algo que podría lograr si se anima a ser candidato a diputado nacional. Y jugar fuerte, porque, como lo reconoció el propio mandatario: no puede darse el lujo de perder, con quien sea. Tal vez recuerde que el PJ tucumano, hace 20 años, en los comicios nacionales del 2005, ganó las cuatro bancas de diputados en juego. Lo que se logró en base a la gestión alperovichista; quizás por eso Jaldo expone y pondera una y otra vez los resultados favorables de su gestión gubernamental. ¿Querrá que se repita aquel contundente resultado político?

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