
NUEVA YORK, Estados Unidos.- Miles de alumnos de Harvard con togas carmesí y birretes negros celebraron su graduación, en medio de la incertidumbre por la situación que vive la universidad por los ataques del gobierno del republicano Donald Trump.
El gobierno estadounidense suspendió contratos por más de 100 millones de dólares con la institución, ordenó que no se renueven visas a estudiantes extranjeros (temporalmente suspendida) y que se entreguen para revisión los contenidos y la procedencia ideológica de los docentes y alumnos de las universidades, a las que acusa de sesgos izquierdistas y antisemitas.
El conflicto flotaba en el aire, según testigos que participaron de la ceremonia. “Miembros de la promoción de 2025, de todo el país y de todo el mundo... como debe ser”. Sin hacer una alusión directa a Trump, el mensaje, simple y a la vez potente, tenía un claro destinatario. La presentación del presidente de Harvard, Alan Garber, del acto de graduación -el día más importante del año para esta histórica universidad- generó una explosión en el campus, relató en una publicación el diario argentino “La Nación”. Graduados y sus familiares se unieron en una extensa ovación de pie.
Garber, convertido en la cara pública de la batalla judicial entre Harvard y la administración Trump, lideró ayer uno de los commencements (ceremonia de graduación) más politizados de la historia de la universidad, en el mismo día en que la Justicia extendió una orden temporal que bloquea la medida del gobierno para revocar la capacidad de Harvard de matricular estudiantes internacionales.
La jueza Allison Burroughs, de Massachusetts (noreste), estado donde se encuentra Harvard, dijo que iba a prorrogar la suspensión cautelar del veto a los estudiantes extranjeros, que había concedido el viernes pasado luego de que la universidad recurriera a la justicia para impugnar la medida.
El objetivo es “brindar cierta protección a los estudiantes internacionales” mientras Harvard y al gobierno de Trump se preparan para presentar sus casos, adujo.
“Queremos asegurarnos de que no haya más triquiñuelas”, indicó el abogado de Harvard Ian Gershengorn durante la vista en Boston. “Nuestros estudiantes están aterrorizados y ya estamos teniendo gente transfiriéndose” a otras universidades, afirmó.
Poco antes de la vista, la administración Trump emitió un aviso formal de su intención de impedir a Harvard que matricule y acoja a estudiantes extranjeros, iniciando así el proceso legal de inhabilitación.
Las autoridades dan a Harvard 30 días para presentar pruebas que muestren por qué no debería impedírsele albergar e inscribir a estudiantes extranjeros, que en este curso representaron el 27% del alumnado.
“Orgullo y aprobación”
Una profesora de derecho presente en el abarrotado tribunal dijo que la administración Trump estaba prolongando el sufrimiento de los estudiantes internacionales.
“Harvard está en este purgatorio. ¿Qué debe hacer un estudiante internacional?” dijo esta graduada de la Facultad de Derecho de Harvard, que pidió no ser nombrada.
“Lo que está haciendo Trump es una locura. Nosotros queremos que nuestro hijo, que hizo un enorme esfuerzo, se siga formando en este país. Pero ahora su futuro es muy incierto”, dijo el padre de un graduado indio en la Harvard Business School (HBS), feliz por el logro académico, aunque angustiado por el futuro inmediato.
Era un sentimiento repetido entre los familiares de los estudiantes extranjeros que terminaban sus estudios.
El ambiente en esta ceremonia de graduación -evento del que participaron miles de personas- fue muy diferente de lo que se vivió el año pasado, reflejó el periódico argentino. Hace 12 meses, los líderes de la universidad fueron abucheados, mientras cientos de personas se retiraban en señal de protesta por la forma en que se manejaron las manifestaciones contra la ofensiva israelí en la Franja de Gaza. Ayer, y en los últimos días, Garber recibió ovaciones por su resistencia a las demandas de la administración Trump.
Harvard, una de las ocho universidades privadas estadounidenses que integran la exclusiva Ivy League, ha desatado la ira de Trump al rechazar públicamente y en los tribunales las repetidas demandas del gobierno que le exigen ceder el control sobre la inscripción de estudiantes, los planes de estudio y las investigaciones que realiza.
Estos aplausos son un gesto “revelador del orgullo y aprobación de la comunidad”, dijo un estudiante a la agencia AFP.
Respuesta a la ofensiva: Alemania ofrece crear un “campus de exilio” para Harvard
El ministro de cultura alemán ofreció crear un centro para los extranjeros que estudian en la Universidad de Harvard, en el noreste de Estados Unidos, una especie de “campus de exilio” después de que la administración Trump intentara impedir que la institución admitiera a estudiantes internacionales. Al menos 570 de los casi 7.000 extranjeros en Harvard son alemanes. Todos provienen de 100 países distintos. Wolfram Weimer, el ministro de cultura alemán conservador, afirmó que su país estaría encantado de fundar un centro para sus estudiantes internacionales. “Alemania es un país cosmopolita”, declaró Weimer.