Santoral del 29 de mayo 2025: por qué la Iglesia Católica celebra hoy a San Pablo VI
La Iglesia Católica celebra hoy a San Pablo VI, el papa número 252. Fue un líder carismático y pastoralmente activo, que realizó numerosos viajes apostólicos y promovió el diálogo interreligioso y ecuménico.
San Pablo VI.
San Pablo VI, nacido como Giovanni Battista Montini, fue el Papa número 262 de la Iglesia Católica, sirviendo desde 1963 hasta su fallecimiento en 1978. Durante su papado, San Pablo VI promovió la renovación de la Iglesia a través del Concilio Vaticano II y abordó temas sociales y morales importantes de su tiempo, como la paz mundial, la justicia social y los derechos humanos.
San Pablo VI fue un líder carismático y pastoralmente activo, que realizó numerosos viajes apostólicos y promovió el diálogo interreligioso y ecuménico. Fue canonizado como santo por el Papa Francisco el 14 de octubre de 2018 en reconocimiento a su vida de servicio y su testimonio de fe.
Su festividad se celebra el 29 de mayo en el calendario litúrgico católico, recordando su contribución a la Iglesia y su ejemplo de humildad y dedicación al servicio de Dios y de los demás.
Oración a San Pablo VI
Oh San Pablo VI, hijo de nuestra tierra, discípulo de Cristo en la fe,
pastor de la Iglesia, santo ante Dios y ante los hombres,
invocamos con alegría tu protección.
Tú, ahora en la plena luz de Dios, sigue intercediendo por la Iglesia y su misión.
Obtennos a nosotros, todavía peregrinos,
las gracias necesarias para seguir a Jesucristo,
único Salvador del mundo.
Sostennos en la docilidad confiada y perseverante al Espíritu Santo para que,
confortados por tu admirable ejemplo
de vida consagrada a Cristo y a la Iglesia,
seamos fuertes por tu potente intercesión
y alcancemos el premio de la santidad eterna.
Protege a la Iglesia, sostén a los hombres y mujeres
de nuestro mundo turbulento,
acompáñanos para que el amor a Cristo se refuerce
nutridos por la Palabra y la Eucaristía,
que nos haga tu místico Cuerpo,
semilla de aquel Reino que en Dios será beatitud eterna
en la Comunión de los Santos.
Amén.
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