Que apenas sabe leer y escribir, que lo único que hizo fue trabajar en los hornos de ladrillo para llevar el sustento a su familia. Que nunca agredió sexualmente a su propia hija de 10 años. Que todo fue idea de su ahora expareja para sacarlo de la casa y llevarse a vivir con ella a su novio. Que es mentira que el jueves pasado por la noche (él fue apresado a primera hora del viernes), llegara a la casa enfurecido con un cuchillo. Que esa noche, por el contrario, fue reducido y golpeado por la nueva pareja de su ex, un sujeto al que le había dado una mano cuando nadie lo quería en el barrio, porque se droga y por su forma de ser. Con esa declaración, A.M. buscó ante el juez, Roberto Montilla, intentar despegarse de la grave imputación de haber ‘violado’ a su hija, pero en opinión de las ayudantes fiscales Luciana Fasoli y Rocío Toledo (coordinadas por la fiscal Valentina Bucciarelli, UFI ANIVI) por ahora los hechos y las pruebas le juegan en contra.
Por eso fue que le pidieron al magistrado imputarle los delitos de abusos simples reiterados y abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo y la convivencia, y 3 meses de prisión preventiva, teniendo en cuenta que puede fugarse y, además, porque registra un pedido de captura de la Justicia Federal de 2022.
La situación de este sujeto oriundo de Bolivia es complicada, porque de la encuesta ambiental ordenada desde Fiscalía, se detectó que hay otras tres sobrinas, ahora mayores, que pudieron ser abusadas cuando eran niñas. Aunque, al parecer, una de ellas no estaría dispuesta a denunciarlo.
Además, su propia expareja dijo que un hermano del imputado se comunicó con ella desde Salta (allí fue a trabajar por tres meses) para decirle que lo había echado de su casa porque A.M. intentó abusar de su hija. No se sabe si también fue denunciado en Salta por atacar a su sobrina, pero fue después de ese llamado que -según la mujer- su hija le comentó que ella era abusada por su padre, dijeron fuentes judiciales.
Si bien en la hija del sospechoso no encontraron lesiones en sus genitales, Fiscalía cree que sufrió ataques sexuales compatibles con una violación (como ataques con sexo oral), pero será la propia menor la que podrá revelar mayores detalles ante los psicólogos del ANIVI que la entrevistarán.
Luego de escuchar la imputación, el representante de la Defensa Oficial, Lucas Quiroga, negó los hechos atribuidos a su cliente y buscó que recuperara su libertad. Sin embargo, el magistrado adhirió al pedido fiscal y lo mandó a la cárcel de Chimbas por dos meses, preventivamente.