Narela Jensen, la joya de Roca que brilló en el Mundialito y fichó para Banfield

La pequeña crack empezó en una escuelita de varones, pasó a Noroeste y deslumbró en el Mundialito Infantil. Allí la vieron, la eligieron y fichó para el Taladro. Con solo 12 años, cumplió el sueño de llegar a un club de primera y va por más. Conocé su historia.

A Narela Jensen se le dibuja una sonrisa cuando habla de fútbol. A sus jóvenes 12 años ya acumula goles, abrazos y sueños que, poco a poco, se empiezan a hacer realidad. Oriunda de Roca, comenzó a jugar en un equipo de varones en la zona norte de la ciudad y ahora es nueva jugadora de Banfield, un club de primera.

En dialogo con DIARIO RÍO NEGRO, Narela contó que su vínculo con la pelota inició cuando acompañó a entrenar a sus hermanitos y luego se animó a ser partícipe de la escuelita El Balón. Tenía siete años y con el apoyo incondicional de Micaela, su madre, empezó a jugar “hasta donde pudiera”.  

«Empecé jugando con chicos, era la única nena. Después me pasé a Noroeste para jugar en un equipo femenino.»

Narela Jensen, jugadora de Banfield

En marzo de este año, Noroeste cambió La Bombonerita por el sintético del Maiolino por el Mundialito Infantil de Fútbol Femenino, un torneo que ya se convirtió en semillero de nenas que sueñan con crecer jugando a la pelota.

Narela, en La Bombonerita, de Roca. (Foto: Andrés Maripe)

Narela jugó con su equipo con la determinación de “jugar como sabe” y superó las expectativas porque se lució con dos festejos en un partido clave. Desde la tribuna, representantes de Banfield observaban. Ella sabía que estaban ahí, pero no dejó que los nervios le ganaran. 

«Sabía que iban a estar en el Mundialito y le conté a mi mamá porque yo quería que me vieran. Antes del partido me mentalicé en jugar como siempre, en mostrar lo que sabía hacer y metí dos goles»

Narela, sobre el Mundialito Infantil de fútbol femenino

Narela Jensen se lució, metió dos goles y llamó la atención de los veedores del Taladro. (Foto: Gentileza)

Tras el partido, el deseo de Nare se hizo realidad. Y es que, los veedores del Taladro preguntaron por su mamá y le comunicaron que querían que la niña participara de unas pruebas en Buenos Aires. «Todo fue emoción al instante», subrayó. 

Luego de unos días viajó y entrenó con las juveniles del club. Aunque en su primera semana no pudo jugar porque aún no estaba fichada, se sintió cómoda y bienvenida. «Las chicas fueron re amigables, la profe ya me conocía. Me sentí bien», destacó. 

Una semana después, llegó la gran noticia: Banfield quería ficharla. «Estaba re feliz. Fichar fue cumplir un sueño para mí», dijo emocionada. Mientras miraba un partido del equipo de primera, la llamaron para firmar. «Sentí una alegría enorme. Era lo que siempre había querido.»


Un sueño que se cumple entre viajes, escuela y entrenamientos


La joven futbolista entrena todas las semanas y juega al menos un partido al mes con Banfield. Vive en Roca, así que todavía combina su vida entre la escuela, los entrenamientos y los viajes.

«Estoy en séptimo grado, voy ocho horas al colegio. Después voy al gimnasio, entreno con Noroeste o hago los ejercicios que me mandan de Banfield”, explicó. Ya recibió rutinas y planes de alimentación para mantenerse en forma. 

Además, de yapa, después del Mundialito integró la selección femenina de fútbol de Río Negro. Viajó a competir a La Pampa para los Juegos Patagónicos (EPADE) y salieron campeonas. “Representamos a muchas chicas que fueron a probarse y no quedaron. Jugamos por ellas también”, afirmó con madurez.

Su familia es su mayor sostén. «Mi mamá siempre nos apoya a mí y a mis hermanos. Va a mis partidos, se emociona, llora. Siempre le dedico todo a ella», destacó. 


La importancia de generar espacios de competencia


La jugadora es consciente del terreno que ganaron las mujeres en las canchas para jugar a la pelota y si bien cree que el fútbol femenino sigue en proceso de crecimiento, aún todavía falta.

“Hoy ya no es raro ver a una chica jugar a la pelota. Hay más equipos, más espacios. Y torneos como el Mundialito ayudan mucho, porque vienen a mirar de clubes grandes, como pasa en el masculino”, valoró.

Su sueño es quedarse en Banfield, seguir creciendo, y llegar a jugar en la primera división. “Desde que empecé a jugar, supe que era lo mío. Amo el fútbol y voy a seguir hasta donde llegue”, afirma Narela, la niña que, con un sueño grande, talento y convicción, está escribiendo su propia historia.


El Mundialito Infantil, la vidriera del fútbol femenino en Río Negro


Valeria Cotelo, exjugadora de Boca y la Selección Argentina, es la fundadora del Mundialito Infantil de Fútbol Femenino, el torneo en el que Narela Jensen llamó la atención de los veedores de Banfield.

Desde su inicio, se instaló en el calendario de los equipos femeninos. «Sirvió para empujar y levantar la calidad, que para mí siempre fue buena. Las jugadoras esperan por el Mundialito y eso le sirve a los profes para mantener la motivación.”

Al mismo tiempo, respecto a la llegada del Taladro, resaltó que los clubes de AFA entendieron que tener formativas es importante y por eso, es vital que se generen torneos o espacios competitivos para las nenas que, como Narela sueñan con fichar para un club de Primera.

«Siempre insistimos en que venga gente a mirar. El talento está, solo hay que generar”, asegura. No hay tanta difusión, pero varias niñas ya se animaron a probarse en Buenos Aires y quedaron. Eso está buenísimo, empuja a todas las demás.»

Valeria Cotelo, referente del fútbol femenino