Ruta del dinero K: se sortearon los conjueces para definir la condena por lavado de dinero a Lázaro Báez

La Corte Suprema de Justicia de la Nación sorteó dos conjueces para definir si se confirma o revisa la condena a diez años de prisión por lavado de activos a Lázaro Báez en la causa conocida popularmente como la "Ruta del dinero K".

El sorteo se realizó en el máximo tribunal del país y resultaron designados Mariano Lozano, juez de la Cámara Federal de General Roca, y Ramón González, integrante de la Cámara Federal de Corrientes.

En calidad de suplentes quedaron designados Jorge Di Lorenzo, de la Cámara Federal de Apelaciones de La Plata, y Guillermo Antelo, de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal.

El sorteo fue convocado por el presidente del máximo tribunal del país Horacio Rosatti debido a que no se llegaba a la mayoría necesaria para tomar una decisión en la causa a estudio de la Corte.

Por otra parte, Rosatti, acompañado por Ricardo Lorenzetti, votó por rechazar todos los recursos de queja y dejar firmes las condenas que ya fueron confirmadas por la Cámara Federal de Casación. El tercer integrante del tribunal, Carlos Rosenkrantz, se manifestó por dar vista antes de decidir al procurador general de la Nación, Eduardo Casal.

La investigación está abierta desde 2013, momento en que se difundieron las grabaciones de una cámara de seguridad de la financiera SGI, conocida como "La Rosadita", donde se vio a Martín, el hijo mayor de Báez, contando miles de dólares.

En 2021, y al término de un juicio oral, Lázaro Báez fue condenado a 12 años de prisión por lavado de dinero, pena que posteriormente fue reducida a 10 años por la Cámara Federal de Casación Penal.

Otros condenados son Martín Báez (6 años y 6 meses), Daniel Pérez Gadín y Jorge Chueco (6 años), Julio Mendoza (5 años), Fabián Rossi, César Fernández, Juan De Rasis y Eduardo Castro (4 años y 6 meses), Leandro Báez (3 años condicional), Federico Elaskar, Martín Eraso, Claudio Bustos (3 años condicional), Carlos Molinari (3 años y 6 meses) y Walter Zanzot (2 años y 6 meses).

En la parte de la investigación que se encuentra a cargo del juez federal Sebastián Casanello, la ex presidenta Cristina Kirchner continúa con falta de mérito.

La causa de Lázaro Báez por la compra del campo

La compra del campo "El Entrevero", en la zona de José Ignacio, uno de los destinos más exclusivos y costosos de Uruguay, generó, en su momento, una condena de 4 años y 6 meses de prisión para Lázaro Báez. Ahora, el terreno fue subastado por orden de la justicia uruguaya. La base del remate fue de 3,5 millones de dólares, pero finalmente llegó a los u$s10.800.000 a una sociedad que pertenece a Eduardo Costantini y Adolfo Cambiaso.

Es decir, se impuso en la compulsa una empresa uruguaya que forma parte de Consultatio, la compañía presidida por Costantini, fundador de Nordelta. "Todavía no sabemos qué tipo de proyecto, pero tenemos mucho entusiasmo. Va a ser una asociación entre ambos", aseguraron desde la empresa.

El problema con el campo arrancó en 2011, cuando el entorno de Báez buscaba operaciones para blanquear la fortuna del empresario. En ese momento se pagaron 14 millones de dólares por el activo. De la operación participaron varias sociedades y testaferros del empresario ligado al kirchnerismo para intentar ocultar a los verdaderos dueños. Además del empresario, fueron juzgados el abogado Jorge Chueco, el contador Daniel Pérez Gadín, Leonardo Fariña, Maximiliano Acosta, Maximiliano Goff Dávila, el financista Santiago Carradori y Osvaldo Guthux.

La Unidad de Información Financiera (UIF) y, en ese entonces, AFIP (actual ARCA), actuaron como querellantes, pidieron que Báez sea condenado a 9 y 7 años de prisión, pero finalmente el Tribunal Oral Federal 4, el mismo que tuvo a cargo la causa de "la ruta del dinero K" lo condenó a 4 años y 6 meses.

"Todos los imputados conocían que el inversor era Lázaro Báez. Molinari no tuvo participación. Claramente se está utilizando su figura para justificar mi relación con Báez y las demás personas", señaló Fariña cuando le tocó hablar en el juicio.