
Desde Buenos Aires hasta el corazón del norte argentino, Ezequiel Godoy emprendió un viaje geográfico, emocional y profesional. A los 21 años, este mediocampista surgido de San Lorenzo se convirtió en una de las piezas clave de la Reserva de Atlético Tucumán. El equipo, conducido por Hugo Colace, está entre los clasificados a los playoffs a falta de dos partidos.
Con perfil bajo, juego elegante y una mentalidad firme, Godoy se ganó un lugar en el “11” y tiene un doble sueño: pelear el torneo en Reserva y debutar en Primera.
“Vine desde Buenos Aires y la verdad es que me adapté bastante rápido. La vida acá es mucho más tranquila, y eso me ayuda a concentrarme en lo que vine a hacer: jugar al fútbol”, afirma Godoy, instalado en Tucumán desde hace algunos meses. Vive solo, aunque su familia lo visita con frecuencia. “Me acompaña mucho desde la distancia, y cada tanto viene alguno de ellos. Eso hace que todo sea más llevadero”, cuenta a LA GACETA.
Su arribo al “Decano” fue resultado de una decisión que implicó dejar atrás el club en el que se formó desde los seis años. “En San Lorenzo no estaba teniendo los minutos que esperaba. Miguel (Abbondándolo) me dijo que veían en mí un potencial interesante. Me hablaron con seriedad y apostaron por mí. Sentí que era una gran oportunidad y no lo dudé”, relata.
Ezequiel hizo todas las inferiores en el “Ciclón”, desde infantiles hasta juveniles, y aunque no logró consolidarse en la Primera, valora profundamente el camino recorrido. “Siempre voy a estar agradecido a San Lorenzo, fue el club que me formó como jugador y también como persona. Pasé por muchas etapas, con distintos técnicos, compañeros y todo eso me hizo crecer”, remarcó.
Ya instalado en Tucumán, su presente lo encuentra como uno de los referentes de la Reserva, que está teniendo una campaña destacada. “El equipo está muy bien. Llegamos varios refuerzos con ganas de aportar y hay un grupo muy comprometido. El objetivo es meternos en los playoffs y, por qué no, pelear por el título. Lo hablamos entre nosotros: estamos para grandes cosas”, responde con seguridad.
Godoy se desempeña como mediocampista central, una posición que conoce de memoria. “Siempre jugué en el medio. Puedo hacerlo como volante central, de doble cinco o incluso más adelantado, como interno. Me siento cómodo organizando el juego, pero también sumé recuperación, que es fundamental hoy en día”, analiza.
Entre sus modelos a seguir, menciona a jugadores que combinan dinámica, técnica y lectura de juego. “Miro mucho a (Felipe) Loyola, ‘Equi’ Fernández, a Kevin Castaño... Son jugadores modernos, con despliegue y presencia. Trato de aprender observando esos detalles que marcan la diferencia”, detalla el volante.
Además del orden en la mitad de la cancha, Godoy sumó dos goles hasta el momento en Reserva: uno frente a Talleres y otro ante Deportivo Riestra. Ambos, de tiro libre. “Uno fue cerca del área y el otro desde un poco más lejos. Me gusta hacerme cargo de la pelota parada, lo entreno mucho y trato de aprovechar cuando se presenta la ocasión”, comenta.
En ese aspecto, también tiene compañeros con buen remate. “Con Lautaro (Godoy), que también le pega bien, hablamos antes de cada tiro libre. Vemos quién está mejor perfilado y decidimos ahí mismo. Lo importante es que salga bien para el equipo y si él se siente con confianza, seguro se lo dejo”, destaca.
El crecimiento en Atlético fue rápido, tanto que ya sumó entrenamientos con el plantel profesional. “Estuve unos días con Primera y fue una experiencia muy buena. Uno siempre tiene esa expectativa de formar parte, de hacer una pretemporada, de estar más cerca. Pero sé que tengo que seguir mejorando y aprovechar cada minuto que me toque en Reserva para que esa chance llegue”, reconoce con madurez.
Sobre su estilo de vida actual, afirma que la tranquilidad de Tucumán le permitió enfocarse de lleno en su carrera. “Estoy cómodo. Me dedico al fútbol, entreno, descanso, estudio los partidos. Trato de vivir el día a día con compromiso. Sé que no es fácil llegar a Primera, pero creo en el trabajo constante”, sostiene.
Al hablar de su familia, Ezequiel no oculta el orgullo. “Somos cinco: mis padres y dos hermanas. Mi papá jugó al fútbol en su momento, llegó a estar en la primera de futsal de River. Fue él quien me metió en este mundo y siempre me apoyó”, cuenta con emoción.
Como en la cancha, Godoy define con tranquilidad y ambición cada pregunta en la entrevista y se anima a soñar en grande. “Dentro de cinco años me gustaría estar jugando en Europa, en la Selección. Es lo que todos soñamos. Pero entiendo que hay que ir paso a paso. Hoy mi foco está acá, en dar lo mejor en Atlético y en ganarme un lugar en Primera. El primer paso será hacer la pretemporada”, avisa y concluye.