El exsecretario de Cultura, Pablo Avelluto, reflexionó sobre el presente político del PRO y defendió la posición adoptada por Horacio Rodríguez Larreta frente al avance del mileísmo. En diálogo con Canal E, aseguró que el partido fundado por Mauricio Macri se convirtió en un espacio irrelevante y renunció a los valores que lo habían definido en sus orígenes.
“Larreta fue fiel a sus convicciones”
Consultado sobre si Larreta acertó al despegarse del PRO, Avelluto respondió: “Hizo bien en permanecer fiel a sus convicciones, a diferencia del PRO, que hoy no sabemos qué representa”.
En ese sentido, sostuvo que Rodríguez Larreta representa “lo contrario de la ultraderecha”, y reivindicó su moderación, su apuesta por el diálogo y su defensa del pluralismo. “Lo contrario de la ultraderecha no es la ultraizquierda, es la democracia”, subrayó.
“El PRO se volvió irrelevante”
Avelluto fue categórico al diagnosticar el estado actual del partido: “Lo peor que le puede pasar a un espacio político es convertirse en irrelevante. Y eso le pasó al PRO”.
También recordó el momento en que la mayoría de los dirigentes del partido se alinearon con Javier Milei tras su triunfo presidencial. “Larreta no fue al Hotel Libertador. Se quedó en su baldosa mientras todos salían corriendo”, rememoró.
“El PRO ya no representa ni gestión ni liberalismo democrático”
Para Avelluto, el PRO solía combinar dos fortalezas: “un liberalismo democrático y una capacidad de ejecución de políticas públicas en la ciudad”. Pero en la actualidad, según advirtió, ha perdido ambas: “Ya no es ese liberalismo, sino conservadurismo autoritario. Y ya no gestiona bien, porque la Ciudad de Buenos Aires está mal”.
Además, diferenció entre quienes se mantuvieron fieles a los valores fundacionales del PRO y quienes se alinearon con el gobierno libertario. “Hay personas como Larreta, Tagliaferri o yo que no fuimos ni somos libertarios ni anarcocapitalistas. No tenemos ganas de empezar a serlo ahora”, expresó.
“El sistema político está astillado”
Finalmente, Avelluto expresó su preocupación por el estado de la democracia en la Argentina. “La mitad de los porteños no votó, nunca vimos un número tan bajo”, advirtió. Y comparó al sistema con un vidrio roto: “Parece que aguanta, pero si lo tocás, se desarma”.
Para él, el futuro dependerá de quienes “se quedan en su baldosa, con convicciones”, incluso si eso implica ir a contramano del entusiasmo dominante. “Esos ocho puntos valen porque fueron de gente que no fue a rendirse”, concluyó.