
El tono político del Festival de Cannes estuvo marcado por el discurso de Robert de Niro que, llamando “filisteo” a Donald Trump, consignó que “el arte es una amenaza para los autócratas y los fascistas del mundo”. Por la declaración de casi 400 personas de la industria contra el ataque a Gaza. Pero también por la condena a la violencia sexual, pese a que la presidente del jurado Juliette Binoche, aclaró que “a veces (Cannes) sigue la tendencia, a veces la encabeza (...) #MeToo tardó algún tiempo en ganar fuerza. Pero reaccionamos con fuerza”, añadió. Previamente el director del festival Thierry Frémaux se quejó por la política del Incaa en Argentina.
A pesar de todos estos discursos (y aún más radicalizados) Cannes sigue siendo sinónimo de belleza, sofisticación y glamour. Pero, algo parece estar cambiando. Por ejemplo, rige un nuevo código de vestimenta que evita que las actrices “muestren” su cuerpo. La ganadora del Oscar Halle Berry se vio sorprendida por ese código y tuvo que cambiar su elección de atuendo en el último minuto. La desnudez no está permitida en la alfombra roja, y “los trajes voluminosos, en particular aquellos con una gran cola”, que bloquean el paso a otros invitados y complican la ubicación de los asientos en el teatro, tampoco.
Investigación
No se trata de un festival más en Cannes. Gerard Depardieu, el actor más famoso del país, fue condenado por agresión sexual. Y dos días después, el festival prohibió a otro actor (Théo Navarro-Mussy) acusado de violación desfilar por la alfombra roja.
En conjunto, las decisiones enviaron un mensaje al que Francia se había resistido durante mucho tiempo: que la brillantez artística ya no puede proteger a quienes abusan de su poder. “El veredicto ha reavivado una pregunta más amplia que Francia ha eludido desde los albores del #MeToo: “¿Puede un país que celebra la seducción y la irreverencia finalmente exigir cuentas a sus íconos masculinos?”, se pregunta la agencia.
La preparación de la 78ª edición del Festival de Cannes se ha visto ensombrecida por una investigación parlamentaria francesa sobre la industria del espectáculo publicada a principios de abril, que concluía que “la violencia moral, sexista y sexual en el sector cultural es sistémica, endémica y persistente”. La investigación, que duró seis meses, contó con el testimonio de unas 350 personas de los sectores del cine, la televisión, el teatro y las artes escénicas, entre ellas algunos de los nombres más importantes del cine francés. El informe final contiene cerca de 90 recomendaciones, entre ellas la de mejorar la protección de los niños y las mujeres durante los castings y los rodajes, y señala que la industria del espectáculo es a menudo una “trituradora de talentos”, mientras que los castings son “un lugar de máximo peligro”.
Más mujeres
Este año, sin embargo, Thierry Frémaux, abrió su presentación destacando el número récord de mujeres en la carrera por la Palma de Oro: siete de un total de 22. Añadió que las directoras representaban el 38% de las cerca de 3.000 películas presentadas al festival, lo que parece socavar su argumento anterior de que el escaso número de mujeres seleccionadas en ediciones anteriores reflejaba una falta de candidaturas. El cambio de guardia es quizá más notable este año en los jurados de las diversas categorías del festival, todos ellos presididos por mujeres, con la francesa Juliette Binoche al frente del jurado de la Palma de Oro. Como es natural, Binoche fue interrogada sobre Gerard Depardieu en la tradicional rueda de prensa inaugural. A la pregunta de si un veredicto así habría sido posible sin el movimiento #MeToo, respondió: “Por supuesto que no”. Cuando un reportero describió a Depardieu como un monstre sacré (monstruo sagrado), una frase comúnmente utilizada para referirse a artistas icónicos e intocables, Binoche replicó: “No es un monstruo sagrado, es un hombre que perdió su aura debido a los hechos establecidos en los tribunales”. “A veces (Cannes) sigue la tendencia, a veces la encabeza (...) #MeToo tardó algún tiempo en ganar fuerza. Pero reaccionamos con fuerza”, añadió.
Nubarrones
El diario Le Monde caracterizó que “las nubes se ciernen sobre el sector, con unas cifras de asistencia más que sombrías desde enero, una importante crisis en el sector de la animación, debilidades persistentes entre los distribuidores independientes y la dificultad de los cines para invertir masivamente en la transición ecológica”. “A pesar de un primer trimestre sólido en términos de producción, el año 2025 se presenta más complicado en términos de financiación”, asegura Isabelle Terrel, directora general de la entidad de crédito citada por Le Monde.