
Argentina ha tenido una rica historia en la Fórmula 1, aportando talento y pasión al deporte motor. La magnitud del legado de figuras como Juan Manuel Fangio, José Froilán González y Carlos Reutemann, establecieron una vara muy alta para los pilotos argentinos que llegaron a la “Máxima”. El domingo, en el legendario autódromo Enzo y Dino Ferrari de Imola, Franco Colapinto encenderá de nuevo la ilusión de mantener con hechos y no tantos recuerdos a Argentina en la historia grande del automovilismo mundial.
Es cierto que hay un legado, pero con la personalidad que muestra el pilarense es probable que construya sus capítulos con una impronta propia, sin dejar de pensar en los hitos de los referentes albicelestes que marcaron una época. Estas primeras cinco carreras serán cruciales para evaluar su desempeño y determinar si puede consolidarse en la categoría y, eventualmente, aspirar a logros importantes, de la valía de los que lograron Fangio y Reutemann.
Colapinto ha demostrado tener un talento natural y una rápida adaptación a las diferentes categorías. El trazado italiano irrumpe como un sitio ideal para comenzar la aventura de poner su nombre, por lo menos, a la par de las leyendas.
Allí ganó la carrera Sprint en su temporada de Fórmula 2, así que ya conoce el circuito. En sus propias palabras, Italia y particularmente Imola, se sienten como lugares especiales para él, recordando sus victorias en la Fórmula Renault y Fórmula 3, otras de las categorías formativas de clase mundial en las que participó. Tiene la velocidad y la inteligencia necesarias para competir al más alto nivel.
El historial
Colapinto será el vigésimo octavo piloto de bandera argentina (entre titulares y suplencias) que competirá en la divisional que en 2025 cumple 75 años. Sus 27 predecesores contribuyeron a darle una buena reputación al automovilismo argentino que el pilarense quiere hacer más grande todavía.
Las leyendas albicelestes
Juan Manuel Fangio: espíritu que superó la pista
Es “la” leyenda del automovilismo argentino. Su marca de ser campeón mundial cinco veces, se mantuvo vigente hasta 2003 cuando Michael Schumacher ganó su sexta corona. La vigencia por tanto tiempo de la marca refleja su consistencia, su inteligencia y capacidad para adaptarse. Desde la potencia de Alfa Romeo hasta la sofisticación de Mercedes-Benz y la agilidad de Maserati, Fangio domesticó cada bestia mecánica con serenidad. Hay que imaginar el contexto de aquellos años. No eran las pistas lisas y seguras de la actualidad. Eran caminos angostos, empedrados, con curvas ciegas que exigían nervios de acero y una intuición casi sobrenatural. “El Chueco”, con su manejo elegante y preciso, casi que hacía deslizar los autos. Pero más allá de los títulos y las victorias, lo que realmente engrandecía a Fangio era su humildad y respeto. Personificaba la deportividad: conocía los límites de las máquinas y de sus adversarios, una sabiduría que lo llevaba a la victoria sin necesidad de arriesgar más de lo necesario.
José Froilán González: la primera vez de Ferrari
El primer ganador de la escudería italiana fue un argentino. El Gran Premio de Inglaterra de 1951 fue conquistado por “El Toro de Las Pampas”, en el circuito de Silverstone el 14 de julio de 1951, segundo año en el que compitió en la “Máxima”. En esa carrera también fue protagonista Fangio. González mantuvo un feroz duelo con su compatriota que estaba al volante de un Alfa Romeo, los imbatibles de la época. La potente Ferrari, con su motor V12, demostró ser competitiva. El triunfo no solo fue significativo para los de Maranello, marcando el inicio de una era dorada, sino que también fue un momento de gran orgullo para Argentina. “El Cabezón” disputó un total de 26 Grandes Premios, con un rendimiento de dos victorias, la mencionada de Silverstone en 1951 y otra en el mismo circuito en 1954. Además, consiguió 15 podios y tres pole positions. En el Campeonato Mundial de Pilotos, su mejor resultado fue el subcampeonato en 1954, finalizando detrás de Fangio.
Carlos Reutemann: el campeón sin corona
En el caso de “Lole” puede que lo más recordado sea el título que no pudo conseguir en 1981, su mejor temporada piloteando para Williams. Reutemann llegó a la última carrera con una ligera ventaja en puntos, pero una serie de circunstancias desfavorables lo relegaron al segundo puesto por una sola unidad de diferencia con Nelson Piquet, un final que dejó una sensación de injusticia. Su debut en 1972 con Brabham fue auspicioso, logrando incluso una pole position en su primera temporada, algo poco común en un debutante. Hasta que dejó de correr en 1982 tuvo 12 victorias. Corrió para equipos importantes como Brabham, Ferrari y Lotus. A pesar de no haber conquistado el título mundial, su talento y sus logros lo consolidaron como uno de los grandes pilotos argentinos de la historia. Reutemann dio un giro inesperado hacia la política en 1991. Gobernó en dos períodos la provincia de Santa Fe, edificando una carrera exitosa, a menudo, también polémica. Luego de luchar contra un cáncer de hígado falleció en junio de 2021.
Nasif Estéfano: la muerte le ganó a la gloria
El concepcionense estaba catalogado como un prometedor piloto. Participó en dos Grandes Premios: Argentina de 1960 (con una Maserati privada) e Italia de 1962 (con un De Tomaso). No logró sumar puntos en el campeonato mundial. Estéfano falleció el 21 de octubre de 1973, mientras disputaba el Gran Premio de la Reconstrucción Nacional de Turismo Carretera en cercanías de Aimogasta, La Rioja. Un desperfecto mecánico en la pedalera de frenos del Ford Falcon provocó el fatal accidente. A pesar de su muerte, la amplia ventaja que llevaba en el campeonato lo consagraría campeón post mortem, un hecho único en la historia de la categoría. “El Califa” dejó una huella imborrable en el automovilismo argentino. Su carisma, su habilidad al volante y su cercanía con el público lo convirtieron en un ídolo. Todas esas cualidades le dieron aquella primera oportunidad en la Fórmula 1, invitado por el Automóvil Club Argentino; lamentablemente por problemas mecánicos tuvo que abandonar la carrera.
Franco Colapinto: el deseo de estar a la altura
Comparar a un piloto joven en ascenso con las leyendas del pasado es siempre un ejercicio complejo. El análisis está condicionado por múltiples factores. Para analizar las posibilidades de Colapinto de estar a la altura de los grandes representantes argentinos en la Fórmula 1, hay aspectos que ya cubre el pilarense y otros que deberá desarrollar desde el próximo domingo cuando debute oficialmente en la temporada. Serán cinco carreras en las que Colapinto saldrá del laboratorio y pondrá a prueba, científicamente, su habilidad y el talento que ya mostró un poco en las nueve carreras que disputó en 2024. La Fórmula 1 está increíblemente competitiva con un Oscar Piastri que tiene resolución a todas las situaciones, positivas o negativas, que se pueden producir en la pista. Para Colapinto, en este sentido, toma especial importancia el auto. ¿Estará el Alpine a la altura? El rendimiento del equipo en las últimas temporadas ha sido inconsistente y eso, para igualar logros como los de Fangio, Froilán González o Reutemann, es insuficiente.