Había monos y un ecosistema completamente diferente: un estudio reveló cómo era Neuquén hace 15 millones de años
Un equipo de paleontólogos volvió a investigar un sitio en Piedra del Águila donde hallaron fósiles de un primate extinto.
Hoy es una tierra de viento, estepa y montañas secas. Pero hace unos 15 millones de años, el paisaje de la Patagonia era radicalmente distinto. Un estudio paleontológico a partir de dientes de primates fósiles dio indicios de cómo era ese ecosistema extinto, selvático, húmedo y lleno de especies vegetales y animales.
Fue en 1990 cuando el paleontólogo Ulyses Pardiñas identificó restos fósiles en la región de Piedra del Águila. Este sitio se fundó como un yacimiento paleontológico en Neuquén que en 2023 lo atrajo de nuevo. Sin embargo, no fue solo, llevó a su colega e impulsor del último estudio, Nelson Novo.
Allí ambos hallaron nuevos fósiles de un primate que habitó la región hace 15 millones de años. La campaña permitió sumar piezas clave para comprender mejor a esta especie extinta y el ecosistema que la rodeaba y así publicaron un estudio en una revista científica internacional junto a su colega Marcelo Tejedor.

Aquel reencuentro con el terreno fue el puntapié para armar un nuevo proyecto de investigación, que logró financiamiento internacional y permitió organizar una expedición más grande en abril de este año gracias a la fundación internacional The Leakey Foundation.
“Fuimos diez personas entre paleontólogos y geólogos. Hicimos una exploración bastante más importante. Estuvimos ahí diez días y encontramos una colecta bastante interesante”, explicó. Del estudio participaron: Gabriel Martin, Nelson Novo, Lautaro González, Alejandra Abello, Joshua Robinson, María Encarnación Pérez, Marcelo Tejedor, Manuel López, Marcelo Krause y Jazmín Scarlino.

La búsqueda no se limitó a primates. El equipo recolectó también fósiles de roedores, marsupiales y otros animales de la misma época. “Ahora empieza todo el proceso otra vez: comparar, medir, mandar a publicar. Lleva su tiempo”, aclaró.
“Lo interesante es que cuanto más especímenes se puedan recolectar, más información se tiene del animal. Cada hallazgo suma para conocer más sobre ese ambiente y las especies que lo habitaron”, dijo el investigador.
Lo más importante de este descubrimiento es la reconstrucción paleoambiental. “Fuimos con geólogos que tomaron muestras de roca para hacer análisis químicos. Eso nos va a permitir inferir cómo era la temperatura, cuánto llovía en ese momento, cómo era el clima”, detalló.

El objetivo es reconstruir en detalle un ambiente que hoy resulta difícil de imaginar en plena Patagonia: una selva. “Ya sabíamos que era un ambiente más húmedo, con árboles, algo más selvático”, dijo Novo. “La presencia de monos es un indicio clave: hoy no hay monos en la Patagonia, entonces eso ya nos da una pista de que el ambiente era totalmente distinto al actual”.
Las transformaciones geológicas jugaron un papel fundamental en ese cambio. Un ejemplo que dió el investigador fue el de la Cordillera de los Andes. «Todavía no estaba levantada como hoy, entonces permitía el paso de vientos húmedos del oeste. Cuando la cordillera se levant comenzó a actuar como una barrera y transformó todo el ecosistema”, explicó resumidamente.
Los nuevos fósiles encontrados en abril están siendo estudiados y podrían derivar en futuras publicaciones científicas. “Esto recién empieza. Es un trabajo largo, de mucho análisis y comparación» , concluyó el paleontólogo.
Hoy es una tierra de viento, estepa y montañas secas. Pero hace unos 15 millones de años, el paisaje de la Patagonia era radicalmente distinto. Un estudio paleontológico a partir de dientes de primates fósiles dio indicios de cómo era ese ecosistema extinto, selvático, húmedo y lleno de especies vegetales y animales.
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