
En la previa del Gran Premio de Imola, Franco Colapinto rompió el silencio. Es su primera entrevista desde que se confirmó oficialmente su regreso a la Fórmula 1, y su entusiasmo se nota desde la primera palabra. “La verdad que muy contento de volver. Es mi sueño desde muy chiquito”, dice con una sonrisa, después de algunas bromas con el entrevistador.
Tras algunos meses de rumores, el llamado llegó tras el GP de Miami. “Me llamaron después de Miami y me confirmaron que iba a correr. Estuve todo el tiempo preparado en el simulador”, revela. Su regreso no es improvisado: ha estado trabajando en silencio, con disciplina, esperando su oportunidad. La cita con el destino es nada menos que en Imola, un circuito con historia y recuerdos. “Italia me trata muy bien. Gané en Monza, gané en Imola, y volver acá me pone feliz”, reconoce, y enseguida agrega con entusiasmo: “Este circuito es increíble para manejar un Fórmula 1. Es muy angosto y rápido, bastante old school.”
Franco no llega al paddock como un novato. Su trayectoria ya le ha dejado aprendizajes valiosos. “Estoy en una posición mucho mejor que el año pasado. Tengo más experiencia y más grandes premios encima”, afirma con convicción. Sin embargo, tampoco subestima el desafío: “Es todo muy nuevo. Desde el volante hasta los mapas de freno, los settings… todo tiene un nombre distinto.”
El piloto argentino sabe que su regreso genera expectativa, especialmente entre sus compatriotas. “Los argentinos somos muy pasionales. Creo que muchos se sienten identificados con el esfuerzo que hice para llegar”, reflexiona. No olvida sus orígenes, ni el sacrificio: “A veces pienso en todo lo que hice para llegar. Lo que hicimos con mi familia fue una locura… me fui muy chico, sin saber ni lavar la ropa”, relató.
Con humildad, el pilarense dejó en claro que su regreso no es solo un premio simbólico. “Mi objetivo no es solo subirme a un F1. Quiero resultados, quiero ayudar al equipo y poner mi granito de arena”, deslizó. Y aunque la presión es alta, se enfoca en lo esencial: “Este fin de semana quiero hacer todo bien: los procedimientos, entender el auto, ir paso a paso”.
El Gran Premio también llega con una carga emocional para Franco. “Es un lindo fin de semana para recordar al 'Flaco' Traverso. Hace un año gané acá y lo llevé en el auto conmigo”, recuerda con emoción.
Fuera de la pista, Franco sigue construyendo su camino con los pies sobre la tierra. “Terminé el colegio el año pasado, así que ya no me pueden decir nada”, dice entre risas. Y remata: “Sigo siendo el mismo Franco. No cambié nada”.
Mientras el sol cae sobre el trazado de Imola, Franco se despide con la mirada puesta en lo que viene. Su vuelta es merecida por todo el sacrificio que viene haciendo desde hace años, mañana saltará a la pista para comenzar una nueva etapa, en eso que tanto soñó.