Todo indica que, finalmente, mañana comenzarán en Estambul las reuniones formales entre Moscú y Kiev para poner fin a una guerra devastadora que lleva más de tres años. El brasileño Lula da Silva confirmó, hoy, que habló telefónicamente durante el día con su colega Vladimir Putin y que lo “felicitó” por haber aceptado “la propuesta de apertura de negociaciones con Ucrania por la paz”. Esa misma información, difundida oficialmente por el gobierno de Brasil, fue confirmada esta tarde por el Kremlin.
La comunicación tuvo lugar durante el breve paso del avión de Lula por Moscú, como último aeropuerto del retorno a su país. Según la nota oficial, el jefe de Estado brasileño le relató a su colega ruso la conversación “bilateral con el presidente de China, Xi Jinping”. Y le señaló que ambos reiteran “su disposición del Grupo de Amigos de la Paz y de los países del Sur Global a cooperar hasta el fin del conflicto”.
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De acuerdo con esa circular oficial, Lula volvió a pedir “al presidente ruso para que comparezca en la reunión de negociaciones entre las partes en guerra. La cita está marcada para mañana en Estambul”. Pero al mismo tiempo, el gobernante brasileño le señaló que tanto él como su colega de China admiten que “la composición de las delegaciones de negociadores es una prerrogativa soberana de los jefes de Estado”.
Desde Moscú, también en un comunicado formal, informaron que presidente Putin le expresó a Lula da Silva “su gratitud, como también al líder de China, por el sincero deseo de contribuir en forma constructiva” a la resolución de la disputa.
En Rusia se afirmó que Putin se ofreció reanudar el diálogo directo, el domingo pasado, para encontrar las vías de la paz. Al principio, el ucraniano Volodimir Zelensky había descartado las conversaciones, pero después cambió de rumbo y señaló que se disponía a viajar a Estambul para encabezar la delegación que negociará con Rusia: “Estamos abiertos a cualquier formato” de los encuentros bilaterales.
Como es obvio, esa aceptación ocurrió en gran medida gracias a las presiones de Donald Trump que urgió al gobernante ucraniano a aceptar “inmediatamente” la propuesta de Moscú. Más allá de que Putin esté, o no, presente en el comienzo de esta fase negociadora. Trump no quiso indicar si mañana podrá viajar a Estambul para asistir a las conversaciones. En principio, les dijo a los periodistas que su agenda no permitiría ese desplazamiento desde Qatar, dónde viajó hoy en la segunda escala de su gira por Medio Oriente. Al mismo tiempo, informó que ha revertido las amenazas de nuevas sanciones contra los rusos, lo que suma certezas al comienzo de las conversaciones entre Kiev y Moscú.

Esa decisión del jefe de la Casa Blanca aumentó las diferencias entre Estados Unidos y las principales potencias de Europa. Precisamente, estas habrían demandado imponer penalidades aún mayores a la Federación Rusa, a la que pretendían obligar a un cese del fuego inmediato por 30 días. Francia, Gran Bretaña, Alemania y Polonia viajaron a Kiev el último fin de semana precisamente con el objetivo de lograr una fuerte presión que obligara a los rusos a disponer ese período de alto el fuego. En un principio, Trump había coincidido con ellos, pero su postura se modificó cuando se iniciaron las gestiones de seguridad para la cita en Estambul.
Es más que obvia la razón por la cual Rusia no ha confirmado quiénes formarán parte de la misión negociadora con Kiev. Podrá enviar, se dijo, tanto funcionarios de muy alto nivel como al ministro de Relaciones Exteriores Serguei Lavrov, y tal vez pueda estar presente Putin. Pero tampoco los ucranianos revelaron los nombres de los que integrarán esa misión negociadora. Lo importante es que esta es la primera reunión entre las partes desde abril de 2022 (hace tres años), cuando los acuerdos entre las partes beligerantes parecían rumbear en forma positiva. Tras ese acto, ocurrido también en Estambul, los rusos retiraron sus fuerzas militares que habían sitiado Kiev. Ese pacto inicial se quebró y Putin acusó al ex premier británico Boris Johnson de ser el principal responsable por el fracaso.