En diálogo con Canal E, el periodista agropecuario Carlos Etchepare analizó el escaso impacto de la baja temporal en los derechos de exportación y la incertidumbre reinante en el sector.
“El Gobierno estableció una baja temporaria en los derechos de exportación hasta el 30 de junio, pero ni a los exportadores los convence por la forma en que se implementó”, explicó el entrevistado.
Según detalló, las condiciones impuestas generan un adelantamiento forzoso de recursos para los exportadores: deben pagar retenciones cinco días hábiles después de presentar la declaración jurada de venta, incluso si la mercadería se embarcará meses más tarde. Además, deben ingresar las divisas en un plazo de quince días.
“Esto significa adelantar fondos sin saber a qué tipo de cambio se liquidará y con un dólar que el Gobierno insiste en que va a bajar”, cuestionó. Esta lógica también desalienta a los productores, quienes ven cómo “el precio de la soja bajó en pesos desde el anuncio de la medida y la supuesta liberación del cepo”.
Ventas por debajo de lo esperado
Etchepare fue contundente al mostrar el escaso volumen comercializado: “De una cosecha de 50 millones de toneladas, apenas se han cosechado 14 y vendido menos de 12, lo cual es incluso más bajo que el año pasado”. La cifra refleja un freno significativo en la actividad.
“Hasta ahora se vendieron granos por 7.100 millones de dólares y los exportadores declararon adelantos por 7.200 millones. Estamos lejos de lo que esperaba el Gobierno con esta medida”, sentenció. La falta de confianza y las expectativas cambiarias hacen que ni el productor ni el exportador tomen decisiones rápidamente.
El impacto en la soja y el reclamo por una prórroga
El sector, liderado por la mesa de enlace y con apoyo de gobernadores de provincias clave como Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos, ya trabaja para extender la baja de retenciones más allá del 30 de junio. “Quieren que la medida se vuelva definitiva porque consideran que las retenciones no solo afectan al productor, sino a toda la cadena productiva”, explicó Etchepare.
Sin embargo, advirtió que esto no es suficiente: “Los productores esperan una baja más significativa, sobre todo en la soja, porque con estos precios los números no cierran”. La reciente caída de los precios internacionales y la indefinición sobre el régimen cambiario agudizan la situación. “Hoy te dicen que el peso va a ser la moneda fuerte, y mañana que va a haber novedades con el dólar. Todo esto genera más incertidumbre”, agregó.
Brasil, el nuevo factor clave en el mercado global
El analista también puso la lupa en el contexto internacional: “Brasil proyecta una cosecha récord de soja y maíz para la campaña 25/26, lo que va a presionar aún más los precios”. A esto se suma una demanda global estable y conflictos comerciales que podrían empeorar.
“Es muy posible que los precios vuelvan a niveles de 2017-2018. Ya están casi ahí, y si no crece la demanda, esto va a seguir bajando”, alertó. La consecuencia directa será una caída en los ingresos de los productores argentinos, que ya enfrentan un escenario adverso.
Trigo: entusiasmo moderado y baja inversión
Con respecto al trigo, Etchepare señaló que el clima acompaña y hay una buena predisposición a sembrar. “Se espera un aumento del 10% en la superficie sembrada y una cosecha de 20 a 21 millones de toneladas”, estimó. Sin embargo, aclaró que esto no se traducirá en una inversión significativa: “Los productores están sembrando, pero con muy poca tecnología. Los números del trigo son muy finitos”.
Para finalizar, el entrevistado agregó: “El campo está atento, pero cauteloso. Hasta que no haya reglas claras, no va a haber reacción”.
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