Los tenistas van a tribunales por sus derechos profesionales
Los Grand Slams “generaron más de 1.500 millones de dólares en 2024 y solo pagaron entre el 10% y el 20% de los ingresos a los jugadores”, dice la demanda.
La Asociación de Jugadores Profesionales de Tenis (PTPA), organización impulsada originalmente por Novak Djokovic, presentó una serie de acciones legales contra los organismos rectores del deporte, acusándolos de operar un “sistema corrupto, ilegal y abusivo”.
La PTPA, junto con más de una docena de tenistas profesionales promovieron demandas judiciales en Estados Unidos, el Reino Unido y la Unión Europea contra la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP), la Asociación de Tenis Femenino (WTA), la Federación Internacional de Tenis (ITF) y la Agencia Internacional de Integridad del Tenis (ITIA).
El reclamo, también presentado ante la Comisión Europea y la Autoridad de Mercados de Competencia en Londres, asegura que la forma en que funciona el circuito representa una violación de leyes antimonopolio e impide a “jugadores profesionales, su derecho a una competencia justa”.
La cuestión escaló a tal punto que The Daily Telegraph sugiere que Donald Trump, ve a la contienda, como “otra disputa turbia en la que puede meterse”, para exhibirse.
Según el escrito, los Grand Slams “generaron más de 1.500 millones de dólares colectivamente en 2024”, mientras que solo pagaron entre el 10 y el 20% de los ingresos a los jugadores, muy diferente a lo que ocurre con la NBA donde la renta se reparte en partes iguales con los jugadores.
Pero además, la denuncia asevera que las condiciones de trabajo muchas veces son inhumanas, destacando que:
- 1) Los jugadores se vieron obligados a competir bajo un calor de 38 grados.
- 2) Soportan partidos que terminaban a las 3 de la madrugada.
- 3) Juegan con pelotas de tenis diferentes y lesivas según la semana, lo que les provocó lesiones crónicas de muñeca, codo y hombro.
- 4) La ATP, la WTA, la ITF y la ITIA explotan a los jugadores, a través de un calendario en el que hay torneos 45 de las 52 semanas del año, y de un sistema de puntuación para configurar el ranking que los obliga a jugar casi toda la temporada.
- 5) La eliminación de torneos “rivales” y no oficiales por parte de los circuitos ATP/WTA/ITF, el arreglo de premios para que los torneos no puedan ofrecer más de una cantidad específica, la utilización de puntos de clasificación para disuadir a los jugadores de participar en eventos rivales (incluidos los Juegos Olímpicos).
- 6) A los jugadores se los limita para “ganar dinero fuera de la cancha”, en un “abuso de nuestros derechos en torno al nombre y la imagen”.
Por último, la Asociación critica duramente a la ITIA, por usar un enfoque “arbitrario y selectivo” para castigar las faltas por dopaje, con severos castigos para jugadores de bajo ranking y tratamiento complaciente con figuras como Jannik Sinner o Iga Swiatek.
A pesar de compartir buena parte de los planteos, los escritos carecen de la firma de las principales figuras, incluido Djokovic, quien manifestó que esperaba que otros tenistas dieran un paso al frente, y que las soluciones deben darse a través del diálogo y no la confrontación. Sin embargo, muchos consideran que las grandes estrellas no han asentado sus firmas, ya que el cambio podría perjudicarlos.
El reclamo parece ser la génesis de un cambio que ya se ha visto reflejado en otros deportes. Así fueron exitosos los movimientos de los jugadores de la NBA en la década del 70 o de la NFL en los 90, o más recientemente los atletas de la NCAA.
También la aparición de una fuerza inexistente al momento, debido a la atomización e individualismo de un deporte que genera fuertes ganancias, ignorando en su justa proporción a los principales generadores de las mismas, que son los jugadores.
Cabe recordar que ya Rafael Nadal antes de su retiro, había sido crítico frente a torneos despiadados en horarios de extremo calor, como el de Australia.
El movimiento en ciernes recuerda la lucha postrera de Ayrton Senna, por conseguir mejoras para los pilotos de Fórmula 1 y es una demostración de lo que suele ocurrir cuando la distribución de riquezas generadas por la actividad resulta inequitativa.
No es casual, por otra parte, que jugadores como Grigor Dimitrov, Nick Kyrgios, Mardy Fish, Naomi Osaka, Victoria Azarenka, Ashleig Barty o Lucas Pouille, hayan denunciado depresión u otros problemas de salud mental por las exigencias del circuito.
Recientemente fue estimulante como Djokovic invitó y compartió momentos con el argentino Federico Gómez, cuando este confesó haber experimentado intenciones suicidas.
Es de esperar que, de prosperar la demanda, se logre la libre agencia, condiciones laborales dignas e ingresos mejor distribuidos, sin restricciones a los derechos de imagen, dejando de tratar al tenista como a un autómata (vuelo, hotel y a devolver la pelota… para volver a comenzar) y concebirlo como a la persona, epicentro de este gran deporte espectáculo.
*Abogado. Prof. Nac. De Educación Física. Docente Universitario. angrimanmarcelo@gmail.com
La Asociación de Jugadores Profesionales de Tenis (PTPA), organización impulsada originalmente por Novak Djokovic, presentó una serie de acciones legales contra los organismos rectores del deporte, acusándolos de operar un “sistema corrupto, ilegal y abusivo”.
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