El presidente Javier Milei celebró el éxito de las gestiones desarrolladas ante el Fondo Monetario Internacional y otros organismos que, según lo anunció en un mensaje transmitido en la cadena nacional, le permitirá al Banco Central disponer este año de "reservas por valor de US$ 50.000 millones". Esos depósitos harán posible superar la crisis de reservas de divisas, hoy en rojo por un monto de US$ 11.978 millones.
inicia sesión o regístrate.
El presidente Javier Milei celebró el éxito de las gestiones desarrolladas ante el Fondo Monetario Internacional y otros organismos que, según lo anunció en un mensaje transmitido en la cadena nacional, le permitirá al Banco Central disponer este año de "reservas por valor de US$ 50.000 millones". Esos depósitos harán posible superar la crisis de reservas de divisas, hoy en rojo por un monto de US$ 11.978 millones.
Con esos recursos, que comenzarían a llegar el martes, el gobierno se animó a eliminar el "cepo al dólar" y avanzar hacia la liberación del comercio exterior y al ingreso de inversiones en dólares. Según el gobierno, no se trata de una devaluación. El cepo fue reemplazado por un sistema de bandas dentro de las cuales podrá flotar libremente la divisa mientras que el Banco Central podrá intervenir para evitar consecuencias negativas de cualquier desborde.
Un comunicado del BCRA informó el viernes que la nueva facilidad extendida de fondos del FMI es de US$ 20.000 millones, de los cuales US$ 15.000 millones constituyen desembolsos de libre disponibilidad en 2025. Caputo estimó que, hasta junio, llegarán US$ 19.600 millones, pues se sumarían fondos del Banco Mundial, el BID y un grupo de bancos privados. En total, este año, llegarían US$ 23.100 millones.
Semejante respaldo financiero, tal cual lo describieron el viernes Milei y el ministro Luis Caputo, será una muestra de confianza de parte de los grandes organismos internacionales en el programa macroeconómico desarrollado por el gobierno y en la capacidad de sus ejecutores.
Milei lo sintetizó haciendo referencia a sus tres axiomas económicos: todo programa económico requiere equilibrio fiscal, equilibrio financiero y equilibrio cambiario. Sostuvo que haber alcanzado superávit fiscal inmediato y el freno a la inflación fueron una muestra de responsabilidad que redituó en un inédito respaldo internacional para lograr el saneamiento cambiario, con la salida del cepo.
Con tono triunfalista, Milei, y con mayor cautela, Caputo, aseguraron que el país ha iniciado un camino definitivo al crecimiento y que la inflación no volverá jamás.
Un antiguo refrán español aconseja "no contar las ovejas antes de que nazcan". Y mucho menos, cuando el mundo está conmovido por la guerra de aranceles al comercio exterior iniciada por Donald Trump.
Abandonar el dólar fijo genera ventajas a largo plazo, pero incertidumbre generalizada en lo inmediato. Es casi una tradición argentina que los ministros de Economía, al adoptar decisiones devaluatorias, aseguren que "quien apueste al dólar, perderá". Siempre fue preludio de inflación. Caputo y Milei lo descartan porque, sostienen, es la primera vez que en la Argentina se logró superávit, se recortó drásticamente el gasto público y se eliminó la emisión de pesos antes de devaluar. Pero quien necesita invertir o importar en dólares, por una semana no va a estar tranquilo. Y esa intranquilidad se podría reflejar en las vidrieras, la demanda de dólares y en el bolsillo de la familia. Por un tiempo, nadie estará muy seguro de cómo va a responder el sistema de bandas de flotación.
El saneamiento fiscal, financiero y cambiario, son esenciales para el desarrollo macroeconómico, pero la crisis del país es más amplia y profunda. Además de la pobreza, que viene creciendo desde hace cinco décadas, el Estado debe asumir el retroceso educativo, con el cual el desarrollo humano es impensable. Hay que resolver, además, problemas estructurales, como la economía no registrada, el empleo precario y el déficit sanitario. Además, no habrá equilibrio fiscal sostenido sin una reforma tributaria y previsional, y sin acordar con las provincias un sistema de financiamiento sostenible.
La confianza ciudadana no se construye solo con decisiones cambiarias, ajustes o financiamiento externo. Queda por delante otra tarea, nada fácil: la de transmitir calma y seguridad en los momentos de zozobra.