Tal vez junto al Triángulo de las Bermudas, el monstruo del Lago Ness sea uno de los mitos más conocidos del mundo contemporáneo. De hecho se han realizado películas, series y libros al respecto. Ahora una investigación en base a una cámara trampa que se extravió en la década del 70 arroja luz sobre el supuesto ser que habita el lago escocés.
Un grupo de científicos del Centro Nacional de Oceanografía (NOC) rescató el aparato sumergido a 180 metros de profundidad. El mismo pertenecía a una de las tantas investigaciones que se realizaron en el lugar con el fin de conseguir una imagen. En este caso fue un equipo de la Universidad de Chicago en 1970 comandada por el profesor Roy Mackal.
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Lo curioso es que más allá de que pasaron 50 años, la cámara fue encontrada en condiciones óptimas porque su carcasa es impermeable. Entonces pudieron extraer los negativos y revelarlos. Cuando obtuvieron las fotos se encontraron con una nueva epifanía.
Según revelaron los científicos, las imágenes mostraron formas que confundieron a las personas, se trata de sombras y formaciones naturales del fondo del lago, que seguramente fueron interpretadas como figuras de seres vivos.
Es decir, probablemente la gran mayoría de las apariciones del monstruo fueron producto de las ilusiones ópticas y de la disposición geológica del lecho lacustre. En este sentido vale recordar que la foto por la que se generó el mito fue tomada en 1934 y, antes de morir, en 1994, la persona que la tomó confesó que todo había sido un fraude.