La capacidad de los hospitales y de los rescatistas y voluntarios de la Cruz Roja Birmana está siendo "desbordada" por la magnitud de los daños y víctimas tras el terremoto que se produjo este viernes en Birmania y que afectó una amplia zona del centro-norte del país, dijo ayer una responsable humanitaria internacional.
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La capacidad de los hospitales y de los rescatistas y voluntarios de la Cruz Roja Birmana está siendo "desbordada" por la magnitud de los daños y víctimas tras el terremoto que se produjo este viernes en Birmania y que afectó una amplia zona del centro-norte del país, dijo ayer una responsable humanitaria internacional.
"La Cruz Roja de Myanmar ha estado activa para responder a la emergencia, pero su capacidad también se ha visto desbordada", dijo Marie Manrique, jefa de delegación de la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (FICR).
Sostuvo que "los hospitales han colapsado debido a la enorme demanda".
La junta militar birmana, que detenta el poder en Birmania desde el golpe de Estado de 2021, elevó ayer a 1.644 los muertos, 3.408 los heridos y 139 los desaparecidos por el terremoto.
"Sabemos que la infraestructura ha sido dañada, pero ahora estamos viendo un aumento significativo en la cantidad de viviendas afectadas. En este momento, más y más personas se ven obligadas a pasar la noche en las calles o en espacios públicos", comentó la responsable al ofrecer la información más reciente de lo que se viven en Birmania.
"El plan de respuesta seguirá desarrollándose, pero lamentablemente las necesidades humanitarias en el país continuarán aumentando", declaró.
Manrique relató que las propias comunidades están actuando como los primeros espacios de respuesta ante esta tragedia y que muchas personas han encontrado refugio temporal en monasterios, mezquitas, iglesias y centros comunitarios.
La Cruz Roja Birmana ha establecido un plan para atender las necesidades humanitarias de 50.000 hogares en las zonas más afectadas, para lo cual contará con el apoyo del Comité Internacional de la Cruz Roja y de la FICR, organizaciones que tienen sede en Ginebra.
En un primer momento la respuesta se centrará en la provisión de agua y saneamiento, ya que hay una gran necesidad de agua potable en las zonas afectadas por la destrucción de varios sistemas de agua y la falta de electricidad, que no permite realizar el bombeo de agua.
Evaluación
Además de las víctimas, la junta militar también indicó ayer que más de 2.600 edificios han colapsado, incluidas viviendas, colegios y pagodas del país de mayoría budista.
Desde Mandalay, la segunda ciudad más grande del país con 1,5 millones de habitantes, un trabajador de un grupo de rescate local contó la dificultad de las tareas y el devastador impacto del temblor. "Llevamos más gente al cementerio que al hospital", afirmó.
"Nuestros equipos -añadió- básicamente se dedican a sacar cuerpos sin vida de los escombros (...) Hoy solo uno de ellos ha recuperado 30 cadáveres".