Servicio Meteorológico: el Gobierno lo puso en crisis con recortes de presupuesto, despidos y negacionismo climático
Técnicos y científicos denuncian que el Ejecutivo pretende desarticular la institución y eliminar las menciones al cambio climático
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En el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) hay una persecución semántica. Desde que asumió el nuevo gobierno, sus empleados tienen prohibido usar las palabras “cambio climático” y “calentamiento global” en cualquier nueva publicación. Tampoco pueden pronunciarlas en público. Dentro del organismo, se encargaron además de eliminar varios de los comunicados y boletines de prensa antiguos en las que estaban incluidas.
La planta de trabajadores técnicos y científicos es cautelosa, rodean estos conceptos; dicen lo mismo con otras palabras. Y es que, con la nueva administración, dicen que llegó la orden directa del ministerio de Defensa, bajo cuya órbita está el SMN, transmitida por su área de prensa, de borrar todas las menciones sobre este fenómeno climático, así lo aseguraron varias fuentes dentro del servicio.
“Hay una especie de caza de brujas. No tenemos permitido hablar. Mi hijo me pregunta si soy sadomasoquista por seguir trabajando para el Estado. Yo le respondo que le quiero devolver al país algo de lo tanto que me dio, como haber estudiado en la universidad pública. Pero después me quedo pensando si vale la pena tanto esfuerzo”, dijo un empleado del organismo meteorológico en estricto off the record.
Consultado por LA NACION, el ministerio de Defensa argumentó que “el Estado reconoce la magnitud e impacto de los crecientes desafíos climáticos y asume la necesidad de avanzar hacia un cambio de paradigma en su abordaje”. Explicaron que, a pesar de no utilizar el término, tampoco niegan el cambio climático. También aclararon que no han dado de baja ningún comunicado o publicación. “Puede ser que ellos en alguna publicación pusieron cambio climático, y les pedimos cambiar la palabra, pero bajarlos nunca”, agregaron.

La consecuencia más temida del embate libertario es que el SMN pierda su operatividad y su carácter científico, algo por lo que es reconocido en especial, de unos años para acá, cuando fue dirigido por la doctora Celeste Saulo. Hoy, esta meteoróloga es la presidenta de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y hace poco, en uno de los últimos reportes de esta agencia de Naciones Unidas, resaltó la importancia de fortalecer los servicios meteorológicos de todo el mundo, en especial ante los efectos del cambio climático.
“La OMM y la comunidad mundial están intensificando los esfuerzos para reforzar los sistemas de alerta temprana y los servicios climáticos para ayudar a los responsables de la toma de decisiones y a la sociedad en general a ser más resistentes a los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos. Estamos avanzando, pero tenemos que ir más lejos y más rápido”, declaró hace unas semanas.
El trabajo y análisis pueden prevenir desastres como los que se viven en todo el mundo con cada vez más frecuencia e intensidad. De no haber habido una alerta naranja en Bahía Blanca, según varios meteorólogos consultados, las consecuencias de esta tragedia podrían haber sido más graves. Las medidas ante olas de calor, las decisiones sobre la producción agropecuaria e incluso el transporte aéreo son completamente dependientes de los datos que el SMN produce.
Según denunciaron voces dentro de este organismo, el negacionismo es solo uno de los cambios que se sienten allí. Son varias las medidas que hoy ponen a esta institución en riesgo de ser desarticulada: pérdida de autonomía y de financiamiento propio, deudas millonarias y recorte presupuestal.
Fuerza Aérea vs. ciencia: quién maneja el servicio meteorológico
Una de las mayores preocupaciones de varios científicos consultados es que el SMN pierda su autonomía. “Somos un organismo operativo. Tenemos que medir las 24 horas, dar alerta las 24 horas. Si llegamos a volver a ser centralizados, vamos a perder la capacidad de reacción administrativa para ejecutar presupuesto ante cualquier problema”, explicó una empleada del organismo.
En el organigrama del Estado, el SMN está bajo la órbita de Defensa, pero es un organismo autónomo. Esto significa que tiene un presupuesto propio, un departamento jurídico y otro administrativo independientes, y que sus directivos pueden tomar decisiones sin necesidad de la firma de un secretario o ministro arriba suyo.
La autonomía lleva relativamente poco. En 2007, la institución meteorológica pasó a manos de civiles después de 41 años de estar intervenida por las Fuerzas Armadas. Carla Gulizia, directora del Centro Argentino de Meteorólogos, explicó, en diálogo con LA NACION, que durante aquel período, el desarrollo que se produjo respondió a las necesidades de aquel sector militar y de la aviación en general.
Hoy, los científicos y técnicos temen que la recentralización venga acompañada de cambios que poco a poco, entorpezcan el trabajo de desarrollo que presumen que se dio durante los últimos 18 años de comando civil. El problema es que, según fuentes que trabajan dentro del organismo, existe la posibilidad de que este instituto se fusione con otros dos: el Servicio de Hidrografía Naval -ya centralizado en Defensa- y el Instituto Geográfico Nacional. LA NACION confirmó, a través de ATE, que fue el propio director de la institución, José Antonio Mauad, quien les comunicó dicha intención. Aunque no saben cuándo se ejecutará este plan. Ante esta acusación, desde el Ministerio de Defensa explicaron que esa decisión le corresponde al Ministro de Desregulación y Transformación del Estado, y que desconocen si ambas medidas, tanto la remoción de autonomía como la fusión, serán ejecutadas.
La designación de Mauad como director es tan reciente como polémica. En especial porque a través del artículo 5 del decreto 1432/2007 se estipula que, como director del Servicio, podrá ser designada solo una persona que tenga una carrera universitaria vinculada a las ciencias de la atmósfera de cinco años de duración, perfil que Mauad no cubre. Cuando fue su designación, LA NACION consultó al ministerio de Defensa sobre este punto y respondieron que el veterano es “idóneo para el puesto”, aunque no hicieron comentarios sobre el artículo cinco de dicho decreto.
Muchos, dentro del SMN, ven con sospecha a Mauad, jubilado de la Fuerza Aérea y excombatiente de Malvinas. “Él estaba en el servicio cuando dependía de Fuerza Aérea y la transición a menos civiles nunca le gustó a los militares”, dijo un técnico dentro de la institución y agrega que uno de los cambios que también podría venir con la centralización es la pérdida de la categoría científico-técnica dentro del Sistema Nacional de Empleo Público (Sinep).

Ser científico-técnico significa, primero, un mejor salario base, pero también acceso a programas y convenios para instituciones científicas como el SMN. “Esto habilitó acceder a proyectos Equipar Ciencia [que busca otorgar equipos a todas las instituciones dentro del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación]. Si a vos te sacan del cargo de científico técnico, todas esas cosas se pierden. Son personas con una formación de altísimo nivel”, describió un trabajador de la institución meteorológica.
El corte de los fondos más importantes para el SMN
A esta situación se suma otro factor crítico: la posible pérdida de una fuente clave de financiamiento. Un proyecto de decreto del ministerio de Economía, al que accedió LA NACION, fechado el 5 de febrero y firmado por Hernán Adrián Gómez, subsecretario de Transporte Aéreo, plantea que, a partir del 1° de junio, el SMN dejaría de ser el único proveedor habilitado para ofrecer el servicio de protección al vuelo en la actividad aerocomercial. Según estimaciones internas del propio organismo, a las que accedió este medio, en 2023 esos ingresos representaron $3600 millones.
La normativa vigente se remonta a la Ley N° 17.285, que en 1967 sancionó el Código Aeronáutico argentino. En sus artículos 13 y 14, la legislación faculta al Poder Ejecutivo para determinar los servicios de protección al vuelo y fijar sus tarifas. Luego, en 2007, cuando el SMN pasó a depender del Ministerio de Defensa mediante el decreto 1689, se estableció una tasa de protección del vuelo que se redujo en 2023.
En junio de 2015, la Ley 27.161 dio origen a la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA). En su artículo 15, establece que el SMN es el responsable de prestar el Servicio Meteorológico para la Navegación Aérea (MET) a EANA, asegurando el cumplimiento de los estándares de calidad definidos por la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), en su rol de autoridad aeronáutica.
Se trata de un servicio meteorológico clave para la aviación ya que brinda pronósticos, observaciones y monitoreo en tiempo real para garantizar vuelos seguros y eficientes. Su información permite a los pilotos tomar decisiones y evitar condiciones climáticas adversas.
Desde el SMN advierten sobre el impacto de la posible desregulación. “EANA quiere que se elimine la obligatoriedad de que el SMN brinde este servicio. Eso abre un escenario incierto. Si empresas privadas comienzan a ofrecerlo, el SMN perdería una fuente genuina de financiamiento por el trabajo que realiza”, señaló un científico del organismo.

Otra empleada del SMN plantea una preocupación adicional: la posible restricción en el acceso a la información meteorológica. “Si estos servicios los provee una empresa privada, podrían reservarse datos que hoy son de acceso público. Si ellos generan la información meteorológica, no hay garantía de que esos datos sigan nutriendo el sistema de alertas tempranas del Estado argentino”, expresó.
Desde el ministerio de Transporte señalaron a LA NACION que el decreto aún no está confirmado y que, si avanza, “se adaptarán a lo que se disponga”. En tanto, desde EANA lo calificaron como un rumor y aseguraron que, hasta el momento, no hay información oficial.
El miedo a perder una deuda histórica de $1800 millones
A este conflicto se suma una deuda histórica que le adeuda EANA al SMN, luego de una controversia por saldos que abarca el período de 2016 a 2021. Desde octubre pasado, esta empresa es una Sociedad Anónima y está finalizando el trámite de cambio de denominación social, según indicaron a este medio desde la empresa. El próximo paso, confían en el Gobierno, es avanzar en su privatización.
“En ese proyecto de cambio de figura no sabemos si está reconocida la deuda, eso figura en un expediente, pero no es público. Puede pasar que las autoridades nuevas de EANA la desconozcan. ¿Entonces ahí qué hacés?”, dijo un empleado del SMN.
Desde el Gobierno, no obstante, descartaron esta posibilidad. “Es caso de avanzar con el proceso de privatización la deuda con el SMN continúa ya que es parte del pasivo de la empresa”, informaron a LA NACION desde la Agencia de Transformación de Empresas Públicas, que depende de Economía.
El litigio entre ambos se remonta casi a la creación misma de EANA. En 2016 suscribió un acuerdo con el SMN para la prestación del servicio meteorológico, estableciendo una contraprestación económica. No obstante, surgió una controversia respecto al monto a pagar.

En 2018, la Procuración del Tesoro de la Nación intervino y emitió una opinión que respaldaba la posición del SMN. El 10 de enero de 2020, dictó una providencia sobre el reclamo interadministrativo presentado por el SMN contra EANA, exigiendo el pago de $748.785.628,12 (más intereses) por los servicios prestados entre 2016 y 2018.
En 2020, ambas partes firmaron un acuerdo parcial que establecía el pago de $200 millones por el servicio de ese año, según los resultados contables de EANA que analizó LA NACION.
En 2021, se acordaron disposiciones que fijaban pagos mensuales de $90 millones. Finalmente, en diciembre de 2022, se firmaron cuatro acuerdos que resolvieron la deuda acumulada entre 2016 y 2021, estableciendo un monto total de $1860 millones y definiendo las modalidades de pago, que incluyeron una dación en pago de equipamiento meteorológico valorado en $541 millones y cuotas mensuales.
Sin embargo, aún no se finalizó con los pagos y con la entrega de los equipamientos. “En 2023 hicieron una suerte de pagos, en 2024 con el cambio de Gobierno dejaron de pagar y no y no quieren hacerlo obviamente”, señaló un técnico del SMN a LA NACION.
En la propuesta de mitigación de deuda, EANA pagaba con un activo que es el Automated Weather Observing System(Awos), una estación meteorológica muy compleja con otros sensores dentro del aeropuerto. El SMN tiene sus propios AWOS y EANA iba a comprar 30. “Al final por vaivenes económicos, como la devaluación, terminaron comprando 13. Los instalaron y los tenían que transferir al patrimonio del SMN, pero tampoco eso sucedió. Siempre faltaba la última firma”, explicó alguien que conoce muy bien esa deuda.
Caída en el presupuesto federal, la pérdida de empleados y lo que significa para el SMN
Para el 31 de diciembre de 2023, el SMN contaba con 1162 empleados. Ese día también fue un parteaguas dentro de la institución meteorológica. Según cuentan varias fuentes que trabajan y que trabajaron allí, el inicio de 2024 fue vertiginoso. Primero se modificó el esquema de contratos que tenían 600 personas, que equivalen a poco más de la mitad de la planta. Nunca fueron fijos; firmaban cada año. “Pero era un hecho que se los renovaban siempre”, recordó un empleado del SMN. Sin embargo, en enero de 2024 este periodo se redujo a tres meses, consecuencia de una decisión del Gobierno que abarca a toda la administración pública. Al final del año pasado, se agregó además un examen técnico que toda la planta debe hacer.
“Eso degradó el espíritu de las personas”, añade. La certidumbre de renovación a la que estaban acostumbrados se había terminado, aunque la ficha les cayó hasta el 27 de marzo, un día antes de Semana Santa. “Ese marzo de 2024 fue terrible. Había una lista de personas que no seguirían, pero ninguno sabía quién se iba”, describió una técnica que estaba en la oficina aquel día.
Según recuenta ATE, hubo 48 contratos no renovados y al rededor de 60 renuncias hasta el final de 2024. Datos del informe de la administración pública nacional, empresas y sociedades, que realiza de forma mensual el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) desde septiembre de 2022, registran una caída de empleados de 1053 para diciembre del año pasado y para enero de 2025, el número se redujo 1041. Aquí se ven números absolutos, pero no se desgrana el por qué de las bajas, ni tampoco qué sectores son los más afectados dentro de la institución.
Según información oficial, hubo una caída de casi 10 millones de dólares de transferencias del Estado Federal. No por un recorte, si no por la prórroga del presupuesto 2023, decidido así por el ejecutivo. Esta fue una de las causas de la caída de personal, pero no la única. Esto también es consecuencia de las medidas de reducción del Estado impulsadas por el gobierno de Javier Milei. Según denuncian dentro del SMN, esto puede significar un deterioro en el funcionamiento de la institución.
“De esos 600 trabajadores no permanentes, la mayoría son técnicos-observadores en el interior del país. Ellos fueron los más afectados y son la base de la pirámide de nuestra producción”, dijo una empleada que llevaba más de 25 años en la institución.
El SMN mide en las estaciones que se encuentran en todo el país, la temperatura, la humedad, la presión, la composición de la atmósfera y otras variables que son fundamentales para actuar frente a cualquier fenómeno meteorológico que pueda llegar. El tiempo, el que revisamos con tan habitual naturaleza en el celular, o que escuchamos por la radio en las mañanas proviene del trabajo de técnicos y científicos, tanto nacionales como internacionales, que reciben estas observaciones y elaboran sus informes.

También son piezas clave para la emisión de alertas de riego por tormentas, sequías y olas de calor. Estos datos los usa no solo la gente, sino los gobiernos e institutos como el INTA y la propia Fuerza Aérea. “Si vos hoy parás de medir en alguna estación, se te empiezan a hacer huecos”, reflexionó un científico del SMN.
El temor, porque el Servicio Meteorológico Nacional aún funciona de forma correcta, es lo que puede ocurrir si se produce la caída de presupuesto, la centralización, la fusión y la remoción de ingresos fundamentales para esta institución. “Si no tenés un registro histórico para saber cuáles son las precipitaciones más extremas por ejemplo en Bahía Blanca, ¿cómo sabés si lo que ocurrió es lo más extremo que podés esperar? ¿O si puede ser peor?”, se preguntó un técnico del SMN.
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