La Compañía Privada de Desarrollo e Inversiones se presentó en concurso el 10 de agosto de 2022. En ese proceso, la jueza de Concursos, Quiebras y Sociedades de Segunda Nominación, Victoria Ambrosini de Coraita, advirtió distintos manejos anómalos y determinó que la conexión entre las inversiones efectuadas por los acreedores con las operaciones inmobiliarias en las que María Mercedes Ibarra actuaba también como fiduciaria, resultaba "indiscutible".
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La Compañía Privada de Desarrollo e Inversiones se presentó en concurso el 10 de agosto de 2022. En ese proceso, la jueza de Concursos, Quiebras y Sociedades de Segunda Nominación, Victoria Ambrosini de Coraita, advirtió distintos manejos anómalos y determinó que la conexión entre las inversiones efectuadas por los acreedores con las operaciones inmobiliarias en las que María Mercedes Ibarra actuaba también como fiduciaria, resultaba "indiscutible".
Con un planteo que acogió la sindicatura, la titular de la Compañía Privada insistió para que se dejara afuera del pasivo concursal las obligaciones que asumió e incumplió en su carácter de fiduciaria. Ambrosini consideró esa pretensión "inadmisible". Ibarra también esperaba que los créditos reclamados en dólares se pesificaran al valor del dólar oficial, que en ese momento tenía una brecha del 110% con el dólar libre. La magistrada decidió con buen criterio y firmeza adoptar el tipo de cambio MEP.
Con todos esos condimentos, en el concurso se certificaron, verificaron y admitieron créditos reclamados por más de 300 afectados por un monto de poco más de 8.487 millones de pesos, en valores actualizados hasta agosto de 2023. En ese universo de acreedores se incluyeron la Municipalidad de Salta, la Dirección General de Rentas (DGR) de la Provincia y la AFIP con reclamos impositivos.
En mayo de 2022 se allanaron las oficinas comerciales de Leguizamón 753 y dos propiedades de Castellanos San Lorenzo, con secuestros de divisas y documentación.
El monto de las afectaciones -teniendo en vista alrededor de un centenar de demandas de reconocimiento tardío pendientes de resolución y las deudas generadas por los fideicomisos inconclusos- se estima en más de 12 millones de dólares.
La propuesta que formuló Ibarra fue rechazada por los acreedores quirografarios. La jueza le requirió que la reformulara mejorando sus términos, pero el 11 de junio de 2024 la titular de la Compañía Privada respondió que resultaba "imposible" formular una propuesta superadora.
En quiebra
El plazo del período de exclusividad del concurso venció el 23 de agosto de 2024 sin una propuesta de acuerdo razonable, por lo que la jueza declaró el 2 de septiembre de ese año la quiebra indirecta de la Compañía Privada de Desarrollo e Inversiones. En esa resolución, la magistrada también dispuso una inhibición general para disponer y gravar bienes registrales de la fallida. Además, resolvió el desapoderamiento de los bienes de María Mercedes Ibarra existentes a la fecha de la declaración de quiebra, como así también de los que pudiera adquirir hasta su reabilitación.
Dolor y angustias detrás los números
Detrás de la investigación penal que se abrió hace más de cuatro años contra María Mercedes Ibarra, con 19 denuncias acumuladas por estafa, defraudación por retención indebida y administración fraudulenta en fideicomisos de la Compañía Privada de Desarrollo e Inversiones, hay economías hogareñas arruinadas, proyectos de vida estropeados, personas discapacitadas con su futuro rodeado de preocupaciones y jubilados caídos en hondas angustias. También hay ahorristas que habiendo tenido incluso una casa hoy son inquilinos obligados, una infinidad de familias con el sueño del techo propio convertido en una pesadilla y una pregunta que todavía espera ser respondida por la Justicia: ¿A dónde fueron a parar las siderales sumas de dinero confiadas a la firma, mayoritariamente en dólares, y que se desvanecieron en su confusión patrimonial?
Los antecedentes de la cadena empresarial que entró en un abrupto desfinanciamiento hace seis años y que solo entre marzo de 2020 y mayo de 2022 tuvo 1.097 cheques rechazados en las cuentas de sus fideicomisos, se remonta a 15 años atrás. Arrancó con la Compañía Privada de Finanzas e Inversiones (Cofinsa) en julio de 2010. Esa firma cambió a la denominación de Compañía Privada de Desarrollo e Inversiones en noviembre de 2015 y cayó a un oscuro ciclo societario, registral, patrimonial y de liquidez a partir de agosto de 2018.