José crió y cuidó a un niño desde que nació en Río Colorado y hoy, accedió a su adopción plena
Este hombre conoció al pequeño cuando tenía tan solo 6 meses. En ese momento, se puso en pareja con su madre y, nunca más se separaron. Hoy le dio su apellido.
«La primera vez que me dijo papá me hizo muy feliz«, recuerda José, un hombre de Río Colorado, sobre las primeras palabras del niño que crió, educó, cuidó y, hoy, cinco años después, accedió a su adopción plena.
Se conocieron cuando el niño tenía apenas seis meses de vida. Las «vueltas de la vida» llevaron a José a entablar una relación de pareja con la madre una vez más. «Ya habíamos tenido una historia y una hija. Luego, nos separamos, ella tuvo otra pareja y quedó embarazada de este niño y tiempo después, nos volvimos a cruzar. Y a juntar. Ahora tenemos otro hijo más juntos», resume José, de 35 años que trabaja como recolector de residuos en el Municipio de Río Colorado.
«Fue muy simple entablar un vínculo con él. Lo conocí cuando era un bebé y me encariñé desde el primer segundo. Siempre me vio como su padre. Y por mi parte, así como trataba a mi hija, lo traté a él«, comenta. Desde un primer momento, el niño que no tiene vínculo con su progenitor biológico reconoció a José como su referente paterno.
Cuando retomó su relación de pareja, José veía al niño casi todos los días hasta que decidieron convivir. «Siempre me dijo papá. En realidad, él no sabe que tiene otro padre, pero una vez que sea adolescente, le diremos la verdad«, reconoce.
José estuvo presente en todos los cumpleaños del niño, lo acompañó en su comienzo en el jardín de infantes e incluso cuando lo operaron de las amígdalas que, recuerda, despertó asustado y dolorido de la anestesia, gritando «papá».
Dos años atrás inició el trámite para adoptar al niño que hoy tiene 6 años. «Ahora lleva mi apellido. Él siempre dice que se llama González, como escucha decir a sus hermanos, pero ahora que arranca primer grado tener otro apellido iba a ser un problema. No iba a entender nada. Ahora, formalmente es un González», se enorgullece.
El Juzgado de Familia de Luis Beltrán finalmente concedió la «adopción plena por integración» del niño y ordenó la modificación de su apellido. De esta forma, se reconoció el vínculo filial consolidado a lo largo de los años y la ausencia del progenitor biológico que «nunca asumió responsabilidades parentales», informaron desde el Poder Judicial.
«La adopción integral puede ser simple o plena. En este caso, dadas las características del estudio que se hizo, se le dio a José la adopción plena. Para siempre. Con la simple, no se pierde el vínculo con la familia de origen, con el progenitor; con la plena se borra todo. Sin embargo, en su momento, los padres deberán contarle la verdad biológica al niño. Es una obligación que se asumen«, comentó Gerardo Grill, defensor de Menores.
Durante el proceso, se realizaron evaluaciones interdisciplinarias que confirmaron que el hombre «cumple un rol paterno activo, brinda estabilidad y un entorno familiar seguro». La pericia social concluyó que el vínculo entre ambos es sólido y que la adopción por integración no modifica la dinámica familiar. Solo le brinda reconocimiento jurídico. Por otro lado, el informe forense destacó la ausencia total del progenitor biológico que «nunca mostró interés en ejercer derechos ni asumir obligaciones parentales».
«No es mi hijo preferido, pero lo cierto es que es mi único varoncito. Construimos una linda relación: salimos a andar en bicicleta y cuando lo llevo a jugar al fútbol, me pide que lo mire», comenta José, satisfecho y orgulloso, al conocer el fallo.
"La primera vez que me dijo papá me hizo muy feliz", recuerda José, un hombre de Río Colorado, sobre las primeras palabras del niño que crió, educó, cuidó y, hoy, cinco años después, accedió a su adopción plena.
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