viernes 21 de marzo de 2025

La UNLP mejora el rendimiento del tomate platense y apuesta a la economía circular

Investigadores de la UNLP optimizaron el uso de fitohormonas para mejorar la calidad del fruto y abastecer la Planta de Alimentos de la universidad.

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Investigadores de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) lograron mejorar notablemente el rendimiento y la calidad del tomate platense mediante la aplicación de reguladores del crecimiento vegetal. Se trata de una apuesta a la economía circular que busca potenciar la producción local.

Se trata de una práctica habitual entre los productores hortícolas que fue optimizada por científicas de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales. El trabajo fue dirigido por la ingeniera agrónoma y doctora en ciencias agrarias Susana Martínez, junto a la ingeniera agrónoma y doctora Mariana Garbi. Las expertas utilizaron la fitohormona Tomatosa (ácido β-naftoxiacético) en diferentes dosis y momentos de aplicación, evaluando sus efectos sobre los frutos en distintas regiones productivas del país, como parte de un proyecto en conjunto con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).

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Los ensayos demostraron que en el cinturón hortícola platense las dosis de 2,5 y 5 cm³ por litro fueron las más efectivas, logrando aumentos significativos en el peso y diámetro de los tomates. Sin embargo, dosis superiores a 3,5 cm³/litro incrementaron el porcentaje de frutos ahuecados, reduciendo su valor comercial.

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El trabajo de los investigadores de la UNLP con el tomate platense apuesta a la economía circular.

El trabajo de los investigadores de la UNLP con el tomate platense apuesta a la economía circular.

El uso de auxinas como las aplicadas en estos ensayos también permite compensar el impacto de temperaturas extremas, mejorando el cuajado de frutos al inducir el prendimiento del ovario. Esto es especialmente útil cuando las condiciones climáticas no son óptimas para la germinación del polen, como ocurre con temperaturas nocturnas por debajo de los 7°C.

Los estudios se realizaron en invernaderos de la Estación Experimental Julio Hirschhorn de la UNLP, donde desde 2005 se vienen desarrollando investigaciones y ensayos en cultivos de hortalizas como tomate, pimiento y berenjena. Además, se llevaron a cabo pruebas en coordinación con INTA Bella Vista (Corrientes), INTA La Consulta (Mendoza) e INTA Yuto (Jujuy).

Una parte clave de esta investigación fue el aporte concreto a la producción alimentaria local: en los últimos 3 años, los frutos obtenidos en los ensayos —más de 5.000 kilos solo en la última campaña de tomate temprano— fueron utilizados en la Planta de Alimentos para la Integración Social (PAIS) de la UNLP. Se espera una cifra similar para la cosecha de tomate tardío ya trasplantado.

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Las investigadoras destacaron que esta experiencia consolida un modelo de economía circular, donde la universidad no solo investiga y forma profesionales, sino que también produce, industrializa y distribuye alimentos. Las viandas elaboradas en la Planta PAIS se destinan a 62 comedores comunitarios y el modelo apunta a ser replicado por el sector privado para generar empleo genuino y fortalecer la economía regional.

"Este proyecto demuestra que es posible agregar valor a la producción local, industrializar nuestras hortalizas y fomentar el desarrollo regional con impacto social", concluyeron las científicas de la UNLP.

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