El ex senador provincial Pedro Liverato falleció en la noche de este sábado 15 de marzo de 2025, dejando una huella imborrable en la comunidad de Rosario de Lerma y Campo Quijano. Conocido por su compromiso con el desarrollo social y su trayectoria política, Liverato se convirtió en una figura emblemática del justicialismo en Salta.
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El ex senador provincial Pedro Liverato falleció en la noche de este sábado 15 de marzo de 2025, dejando una huella imborrable en la comunidad de Rosario de Lerma y Campo Quijano. Conocido por su compromiso con el desarrollo social y su trayectoria política, Liverato se convirtió en una figura emblemática del justicialismo en Salta.
De origen argelino, Liverato conocido como “El Gringo” llegó a la región junto con un grupo de compatriotas, estableciendo una reputación basada en el trabajo arduo y la seriedad. Había nacido en Orán, una ciudad al norte de África. Su fuerte vínculo con la comunidad lo llevó a incursionar en la política, alcanzando los cargos de diputado y senador provincial. A lo largo de su carrera, se destacó por su amabilidad, educación y espíritu solidario, valores que lo diferenciaron dentro del ámbito político.
Liverato fue también un ferviente impulsor de la educación y la capacitación laboral. A través de su conocida fundación, décadas atrás, promovía cursos de electricidad y gasista, formando a los primeros matriculados en estos rubros en la región. Además, durante tiempos económicamente difíciles, enseñó a la comunidad a aprovechar los recursos disponibles para su sustento con la famosa vaca mecánica de la soja. En aquellos años complicados sacaba ideas para ayudar a muchos rosarinos y quijaneños. Su gran obra, fue una escuela especial, a la cual le puso Jean Mermoz. Peleó y peleó para su construcción y habilitación en la contención educativa de cientos de discapacitados de la región. De hecho fue la primera en su tipo a nivel provincial. Lleva 20 años funcionando.
Su labor no solo se limitó a la política, sino que también se consolidó como productor tabacalero, con un profundo conocimiento de la Quebrada del Toro y La Silleta. Su rol en el sector productivo le permitió generar empleo y contribuir al desarrollo económico de la zona.
Si bien su gestión política no estuvo exenta de críticas, su integridad y generosidad fueron ampliamente reconocidas. Para muchos, Pedro “El Gringo” Liverato fue un caballero en todo el sentido de la palabra, dispuesto a tender una mano a quienes más lo necesitaban. Su figura quedó marcada por la firme convicción de que la educación y el esfuerzo personal eran herramientas clave para el progreso.
Además de su faceta política y empresarial, Liverato tuvo una pasión por los caballos, llegando incluso a participar en eventos de doma en Jesús María durante su juventud.
Su partida deja un vacío en la comunidad, pero su legado perdurará en la memoria de quienes lo conocieron. Con su ejemplo de trabajo, educación y solidaridad, Pedro Liverato será recordado como un hombre que dedicó su vida a mejorar la realidad de los más humildes. De conversación amable, era “Churo” en todo el sentido de la palabra. Quienes lo conocimos, sabemos que su amor por Salta era inconmensurable.