Este miércoles en la marcha de los jubilados al Congreso que fue acompañada por hinchadas de fútbol, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich volcó en las calles todo su aparato represivo -incluido armado de incidentes-. Y el padre Francisco Paco Olveira también fue una de las víctimas. 

El hombre que integra el Grupo de curas en opción por los pobres fue golpeado y tirado al piso luego de intentar evitar la detención de un joven. Los policías escucharon a quiénes lo rodeaban y lo dejaron. “Este no, que es cura”, dijo uno de los policías. 

“No me llevaron por ser cura”, comentó Paco Olveira que habló de los “privilegios” de ser quien es.

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