¿Usted ratifica el acuerdo?’, preguntó el presidente del tribunal, Víctor Hugo Muñoz Carpino, acompañado de sus pares Juan Carlos Caballero Vidal (h) y Juan Gabriel Meglioli (Sala I, Cámara Penal). ‘Si, buen día doctor, sí’, dijo escuetamente el bodeguero de 71 años que, previamente, había acompañado con atención la lectura del escrito de juicio abreviado que logró a través de su defensor, Marcelo Fernández, con la fiscal, Silvina Gerarduzzi. Ese pacto representa el final de un proceso que consumió 9 años de trámite y evita un juicio común. Es también, de alguna manera, una salida que benefició al imputado (cuyo nombre no se publica para proteger a los menores) pues ayer iba a empezar a ser juzgado, acusado de haber cometido abusos sexuales gravemente ultrajantes y la corrupción sexual de su propio hijo cuando tenía 2 años y 7 meses y de otros hijos de la madre de ese menor, que tenían 11 años cuando la mujer denunció, el 20 de enero de 2016.
Esa calificación fue reajustada en el acuerdo entre partes (al que no se opuso la madre de esos chicos, asistida por el defensor oficial Juan Carlos González Riutort), de manera que ayer el empresario admitió haber cometido los delitos de abuso sexual simple, agravado por la convivencia en el caso de las tres víctimas, más el agravente del vínculo por su hijo biológico. La pena acordada fue de 3 años en suspenso (sin encierro) y ahora el tribunal deberá decidir si acepta o no.
El caso había sido denunciado por la madre de los niños, luego de que el menor de todos le dijera que su padre le practicaba sexo oral. Al interrogar a los mayores, supo también de boca de esos chicos que habían sido sometidos a prácticas calificadas como agresiones sexuales.
Entonces el empresario quedó preso y pasó dos años en la cárcel de Chimbas.
Y hasta ayer, el bodeguero siempre negó los ataques que le atribuían y buscó desacreditar a la madre de los chicos, con quien cruzó varias denuncias que fueron a parar a un juzgado de Familia.
Durante su encierro y a lo largo de todo el proceso, el empresario buscó derribar la investigación en su contra con múltiples recursos judiciales (más de 30), pero en todos cosechó reveses hasta que el caso finalmente llegó a juicio.
Ahora, con un cambio de calificación delictiva que lo favorece, admitió haber cometido abusos simples contra las víctimas y todo indica que el tribunal aceptará esa salida para el caso y el empresario será condenado.