El rey del comportamiento errático: los mil y un escándalos de Kanye West

Lo de Kanye West raya lo payasesco: la última del artista que quiso ser candidato a presidente y dijo que “ama a Hitler” y que los judíos controlaban a las Kardashian fue subir a su tienda virtual una remera con una esvástica. ¿Lo hace para llamar la atención? ¿Tiene problemas de salud mental, como dijo su ex? Difícil determinarlo, pero lo cierto es que nadie es, casi como un síntoma de época, Kanye es dueño de un desparpajo que le permite decir lo que quiere, incluso si son barbaridades. No es gratis, claro: el artista que le generó pérdidas millonarias a Adidas y se peleó con Taylor Swift se ha ido quedando cada vez más solo, en medio de comportamientos erráticos y la polémica permanente.

Pero, también, es un genio, uno de los grandes músicos de su generación.

Hubo un tiempo en que Kanye era solo conocido por su genialidad músical, primero como productor y luego como cantante. Nick Cave dijo que era el músico más grande de su generación. Tras años escribiendo para otros grandes artistas como Jay Z, consiguió la oportunidad de hacer su prop io disco en 2004 -”The College Dropout”- un trabajo aclamado por crítica y público.

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Era innovador, combinaba rap y otros géneros, refrescó la música urbana estadounidense. Aquellos días no estuvieron exentos de atención mediática y polémicas, desde su relación con Kim Kardashian a su irrupción en el escenario de los Premios MTV para arrebatarle un premio a Taylor Swift. Pero la música estaba en el centro.

Quizás sea la deriva de todo genio, un poco loco, finalmente solitario. Tras vender camisetas con una esvástica, su agencia de representación, 33 & West, ha decidido expulsarle. Y lo dejó su mujer, Bianca Censori, a quien había paseado casi desnuda por la alfombra roja de los Premios Grammy, en otra de sus locuras. No es nada nuevo: cansados de los líos, Adidas rompió un sustancioso contrato para promocionar su firma Yezze, con la que intenta hacerse hueco en el mundo de la moda desde hace más de una década; Balenciaga, Gap y Footlocker también cancelaron sus colaboraciones con el artista.

Claro: Kanye protagonizó todas las polémicas posibles. Llevó camisetas con el mensaje ‘White lives matter’ -una frase usada por supremacistas blancos-, cuestionó a George Floyd, difundió un vídeo en el que se orinaba sobre varios Grammy, se presentó a las elecciones de presidente de Estados Unidos, compró la red social de ultraderecha Parler, eliminada por Google y Apple de sus plataformas tras el asalto del Capitolio.

¿BIPOLAR O AUTISTA?

Así, la polémica por las remeras, sumada a una nueva demanda por un trabajador que le acusa de antisemitismo hace unos días, es apenas una entrega más en la deriva filonazi del autor de “Runaway’”, que se ha declarado abiertamente nazi.

Su ex, Kim Kardashian, con quien tiene cuatro hijos, intentó explicarlo tras su divorcio: “Como muchos de ustedes saben, Kanye tiene trastorno bipolar. Cualquiera que lo tenga o que tenga un ser querido en su vida que lo padezca, sabe lo increíblemente complicado y doloroso que es de entender”, contó sobre el artista que se ha llegado a comparar con Jesús y Steve Jobs, y que dice que no es bipolar, sino que tiene autismo.

En el camino del escándalo, el artista que ahora se hace llamar, simplemente, Ye, ha perdido su reputación y se ha alejado del centro de relevancia de la música. Pero igual sigue creando: el año pasado sacó dos trabajos “Vultures 1” y “Vultures 2” y ha anunciado un nuevo proyecto sin fecha, “Bully”.